La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Ayer por la mañana desayuné con la triste noticia de la muerte de Steve Jobs que ha conmovido a la opinión pública mundial. “Apple ha perdido a un visionario y a un genio creativo –aparece hoy en el epitafio de su web institucionalEl mundo ha perdido a un ser humano excepcional”.

Confieso que soy un empedernido usuario de algunos de los artilugios del imperio Apple, pero lo primero que hice ayer por la mañana fue poner a mis alumnos/as de primero de Grado de Comunicación el famosísimo vídeo del discurso de Steve Jobs en la graduación de los estudiantes de la Universidad de Stanford en pleno corazón del “Silicon Valley”. Un tanto emocionado visioné –con ellos- por enésima vez este documento audiovisual de enorme fuerza: un maravilloso canto a la capacidad de superación del ser humano –a prueba de bombas- y al valor del trabajo bien hecho aun al borde de la muerte.

Desde hace tiempo vengo afirmando que con tres o cuatro genios como Steve se podría sacar adelante la economía de todo un país. Y, por supuesto, me parece un modelo, una actitud a seguir por las jóvenes generaciones, máxime en estos momentos de crisis.

Muy bien hasta aquí, pero ¿tienes algo que decir sobre este genial lider tecnológico desde el punto de vista de tu “pedal” ambientalista? Pues, en efecto, sí quiero aportar algo desde esta perspectiva.

Buscando en internet he encontrado en la misma web de Apple una nota escrita por Steve Jobs titulada “A greener Apple” –que bien podría traducirse como “Apple y su preocupación por el medio ambiente”- fechada, más o menos, en 2007. En este documento, el fundador de Apple reconoce cierta opacidad en la politica de su empresa al comunicar a sus clientes, accionistas y empleados sus planes y proyectos para llegar a ser más verde. Ciertamente fue Greenpeace la que hace pocos años promovió una campaña exigiendo a Apple una mayor concienciación ecológica en sus productos –“Somos Greenpeace pensamos en verde, y queremos una manzana (Apple) fresca y verde… Ahora mismo se están vendiendo en todo el mundo manzanas (Apple) envenenadas llenas de sustancias químicas, como retardantes de llama tóxicos y el peligroso plástico PVC”, afirmaba la campaña-.

Pues bien, Steve Jobs, en la citada nota escrita, va describiendo las actuaciones que se han emprendido –y se emprederían- en su empresa para reducir o eliminar los materiales químicos tóxicos en sus productos, sobre su porcentaje de reciclado (iniciado en 1994), sobre el futuro ahorro energético que implantará, sobre el cálculo de la huella ecológica, etc. Y termina afirmando: “Apple es ya un lider en la innovación y en la ingeniería, y estamos aplicando estos mismos talentos para convertirlo en un líder ambiental”.

Realmente no sé si nuestro admirado Jobs ha logrado que Apple sea hoy lider en la sostenibilidad. Basta acceder al apartado sobre “Apple y el medio ambiente” de su portal para comprobar la muy completa información sobre el cálculo detallado de su “huella medioambiental, su programa de eficiencia energética, sus informes sobre el rendimiento ambiental de sus productos, su programa de reciclaje, el Código de Conducta (de responsabilidad social) de sus proveedores, etc. Impresionante panoplia de instrumentos en pro de la sostenibilidad empresarial que no me han sorprendido lo más mínimo proviniendo de una empresa, liderada hasta hace pocos meses por una mente tan privilegiada.

Y, es que, a mi juicio, lo mejor de la innovación tecnológica no tiene porqué estar  reñido con la sostenibilidad ambiental, sino más bien todo lo contrario. Este “ser humano excepcional” que ha sido Steve Jobs –a quien hoy rendimos este sencillo homenaje- es una clara prueba de la perfecta armonía entre ingenio y sostenibilidad.