La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
Seleccionar página

cacun2010Si la Cumbre sobre el Cambio Climático celebrada en Copenhague a finales del 2009 fue un fiasco y una decepción para quienes deseábamos ver firmado un serio compromiso mundial, tras la “COP 16”, así llamada la 16ª edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Cancún a mediados de diciembre, todo parece indicar que hay motivos para un moderado optimismo. Quizá la frustración de las expectativas fue tan grande en Dinamarca que por pocos que hayan sido los avances logrados en México se nos antojan esperanzadores.

Si se analizan los acontecimientos con cierta perspectiva histórica –para lo que recomiendo vivamente el reciente libro de Ramón TAMAMES: El grito de la tierra RBA Libros, 2010- es posible que el “Acuerdo de Copenhague” no sea tan pésimo como en un primer momento nos pareció. Lo cierto es que Estados Unidos y China (el G-2, los mayores contaminadores mundiales) están ahí, reconociendo que el problema del cambio climático mundial existe y que hay que hacer algo para remediarlo o mitigarlo.tamames

Sea lo que fuere, en Cancún –gracias al buen hacer y a la habilidad diplomática de la Ministra de Exteriores de México, Patricia ESPINOSA– 193 de los 194 Estados parte presentes allí, han sentado las baseslos «Acuerdos de Cancún«- para futuros avances: la fijación de un objetivo de reducción de emisiones conjunto para los países industrializados de entre un 25 y el 40% para el 2020 (respecto de los niveles de 1990), la creación de un “Fondo Verde que en 2020 alcanzará los 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países pobres, el establecimiento de un mecanismo para la reducción de las emisiones por la desforestación y degradación de los bosques (REDD), el compromiso de los grandes a informar sobre sus acciones y progresos de forma periódica para luchas contra el cambio climático, etc. Se trata, en definitiva de una “paquete equilibrado” de propuestas para la mitigación y la adaptación al cambio climático, su financiación y la transferencia de tecnología entre los países desarrollados y los países en desarrollo.

El gran milagro de Cancún ha sido poner de acuerdo a Estados Unidos, China, Japón, los países africanos y los pequeños Estados-Isla. Sólo Bolivia ha quedado fuera con su inoportuna -que no injustificada-  pretensión de crear un tribunal internacional de justicia climática. Y mientras la Unión Europea sigue perdiendo protagonismo “a chorros” pese a su ambiciosa estrategia del cambio climático hasta el 2050 y eso que puestos a hacer sacrificios en pro del clima nadie nos gana.

hope-greenpeacePero todavía quedan muchas incógnitas para la próxima Cumbre –la COP 17- en Durban (Sudáfrica): no se especifica un tope de emisiones globales y los recortes voluntarios sólo bajarán las emisiones en un 15% para el 2020 respecto los niveles de 1990; y, lo más importante, queda pendiente la gran decisión sobre la continuidad del Protocolo de Kioto, es decir, si habrá un Kioto-2 y quiénes se comprometerán jurídicamente si se aprueba. ¿Será necesario un acuerdo jurídico vinculante? ¿Bastará con los meros compromisos políticos de los países? Incluso por las flitraciones de Wikileaks sabemos que los Estados Unidos no querían oir hablar en Copenhague de “acuerdos vinculantes” a los que estamos más acostumbrados en Europa.

De cualquier manera, lo que resulta evidente de estas Cumbres sobre el Clima es que se hace necesario un consenso mundial para abordar la cuestión del cambio climático que por encima de particularismos y diferencias nos permita solucionar de la mejor manera posible y cuanto antes los problemas que aquejan nuestra “casa común”. Pero si no hay unanimidad, al menos es importante que los grandes contaminadores se pongan de acuerdo en hacer algo y mejor todavía si se comprometen jurídicamente. Últimamente no es que nos aquieten mucho las palabras y promesas de los políticos.