La Voz de Galicia
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El triunfo de la narrativa

El arte conceptual vive instalado en una paradoja: crece jaleado por sus detractores. Cuantos más columnistas entran al trapo más debate se genera, más ricos son los flujos de comunicación que se establecen. Cuanto más cerriles y virulentas son las críticas, más se completa la obra. Algunos artistas conceptuales necesitan de ese sarpullido mediático y ya no se trata de provocación, porque el sistema está acostumbrado a pesadas digestiones, se trata de la consecución de un titular atractivo. Patadas en la espinilla del sistema con dinero del sistema. Hay otros artistas que, una vez superado el efecto sorpresa, dependen más del ingenio en la concepción y de la solvencia en la ejecución. No viven de la idea feliz. Es el caso de Amaya González Reyes, que no pertenece a ese grupo, cada vez menos nutrido, de «conceptuales epatantes». Está más atenta a una cierta narrativa, vivencial un poco a la … Seguir leyendo

Litronas consagradas

Si Tristan Tzara viviese ahora y fuese de Lalín, podría llamarse perfectamente Misha Bies Golas. Misha es un artista que lleva su taller a cuestas, que está permanentemente alerta y cuya arma, aunque su tierno desaliño intelectual no lo parezca, es la reflexión. En el CGAC presenta una obra desconcertante. La génesis es la siguiente: un buen día llega a sus manos una publicación de los años sesenta, de contenido religioso y vocación extrañamente didáctica. Pero sobre todo visual. Misha adopta la obra, en su integridad y sin transformarla, como pieza artística. Previamente a la exposición la edita en una pequeña tirada. Te la hace llegar envasada al vacío. Y al vacío industrial hay que sumarle el vacío retórico: no acompaña el librito de introducción ni de prólogo alguno de su cosecha. Crudo apropiacionismo. Ni siquiera cuando te lo entrega en mano te da pistas. Cuando lo abres sientes una … Seguir leyendo

El inesperado latido de otro corazón

Monica Alonso se ocupa del espacio. Pero no se trata de las habituales preocupaciones de la pintura, las que crecen bajo la superficie de un pigmento bien cocinado. Mónica se ocupa del espacio para las emociones humanas; de tocar las teclas necesarias para estimular las ocultas y sensibles dobleces de la psicología humana. Escultura e instalación se citan en un diván donde se cuestionan los límites de la actividad artística. Mónica emplea herramientas de otras disciplinas y busca apoyo en terapeutas para trabajar lo que más le interesa: el psicoespacio. Esto es, un ámbito para la curación de las dolencias del alma humana; un bálsamo hecho de color y de orden; un prolijo y siempre inquietante mobiliario para ser habitado por el espectador o, finalmente, por el paciente. Fabrica prototipos para nuestro descanso, eterno o temporal. Máquinas para el placer o para el sosiego. Ingenios dirigidos a nuestra percepción y … Seguir leyendo

El exvoto blasfemo

Normalmente me gusta entrar en una sala de exposiciones desprovisto de literatura adicional. Pero cuando llegué al MACUF, Bernardí Roig y Fernando Castro Flórez mantenían hipnotizado a un heterogéneo auditorio, mitad atónito, mitad entregado. Naturalmente me quedé atrapado por esa especie de comando intelectual o dúo cómico-erudito que forman Bernardí y Fernando, que sazonan su brillantez inagotable con ritmo y humor, y que se desmarcan de esos conferenciantes peñazos, adormecedores de multitudes y expendedores de vanidades. Una vez dentro de la sala ya tienes que enfrentarte a solas con las piezas y ahí, delante de ese espeso caldo de cicatrices, pocas bromas. Es una estatuaria de exvotos blasfemos, de individuos torpes e incompletos, abandonados en un intrincado y rico laberinto psicoanalítico. Moldes logrados a partir de personas, personas vaciadas o personas atrapadas en el interior de esculturas. Los moldes están, pero las personas también. Es como un hospital de campaña … Seguir leyendo