A unos veinte minutos en lancha rápida de la localidad costera de Nha Trang, existe un hotel llamado “Six Senses”.
La característica fundamental de este lugar idílico es el disfrutar de una estancia al estilo de Robinson, pero con todas las comodidades imaginables.
Se trata de veinticinco cabañas de dos pisos que en su planta inferior tiene el dormitorio, el baño y una segunda cama para dormir la siesta, por supuesto, con aire acondicionado.
El baño aún no carente de intimidad está situado prácticamente al aire libre. Su espectacular bañera de madera, ofrece múltiples posibilidades.
En la planta alta, esta ya sin aire acondicionado, tiene un nuevo equipo de música, una nevera para el vino, una mesa para los desayunos mirando al mar y, una segunda cama de dos por dos, con mosquitera.
Como no podía ser de otra manera, dispone de piscina propia y acceso directo a la playa. Por si le faltaba algo, cada cabaña tiene un mayordomo veinticuatro horas a tu disposición. Un par de bicis aparcadas en la entrada y un carrito de golf con chofer a nuestra disposición, nos solucionan los problemas de movilidad.
Pero uno de los múltiples detalles que más me sorprendió de este hotel es que, la semana anterior a mi salida para Vietnam, recibí un correo del propio hotel, preguntándome qué tipo de vino me gustaba, cuáles eran mis películas favoritas y qué música me agradaba más. ¡Chapeau!