La Voz de Galicia
Curiosidades y anécdotas de viajes.
Seleccionar página

«El Bosque Eterno de los Niños», Monteverde. Costa Rica.

¡Pura Vida!

Por Fran Raposo

Hemos llegado a Monteverde al mediodía y nos vamos a comer algo al pueblo. Paseo por sus tiendas y compra de algún recuerdo que otro. Ya al final de la tarde Arath Viajes mayorista especializada en grandes viajes y grupos a medida nos ha preparado una actividad que, nos resulta curiosa y un poco inquietante, me explico después.

En los alrededores de Monteverde se encuentra la «Reserva Bajo de Tigre», perteneciente a la Asociación Conservacionista de Monteverde (ACM) y a su organización “El Bosque Eterno de los Niños”, la reserva privada más grande de Costa Rica, con más 22.000 hectáreas.

Tenemos contratada una visita nocturna de su bosque. En nuestro «carro» nos dirigimos a la entrada y hay gente esperando. Tenemos suerte, hay un grupo grande en francés, supongo que canadienses y dos costarricenses, genial somos solo cuatro en español, más tranquilo.

Esta reserva, la del «Bajo del Tigre» se encuentra en una zona de transición entre el bosque húmedo y el bosque lluvioso premontano. Yo ya he aprendido la lección y voy cargado con el paraguas de cortesía del hotel. No falla, cada vez que lo llevo no llueve y efectivamente, no nos llueve.

Guillermo naturalista.

Nuestra visita comienza con una animada explicación de nuestro guía Guillermo sobre el nacimiento y la historia de «El Bosque Eterno de los Niños». A mediados del siglo pasado, increíble hoy en día, Costa Rica estaba sufriendo una gran deforestación debido a la tala y venta de madera a Europa para su reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Llegó incluso a tener solo un veinticinco por ciento de su superficie arbolada. Entonces se creó la ACM (Asociación Conservacionista de Monteverde). En mil novecientos ochenta y siete la bióloga estadounidense Sharon Kinsman que, había trabajado en la zona, fue invitada por una maestra sueca a su colegio para dar una charla a sus alumnos. Tuvo que ser muy convincente puesto que, a raíz de esto los alumnos decidieron recaudar dinero para la reforestación.

A partir de ahí, siguiendo la corriente, los niños de varios colegios de otros países hicieron lo mismo y por esto la reserva lleva el nombre de «El Bosque Eterno de los Niños».

Salimos cada uno armado con una linterna y Guillermo, nuestro naturalista, con otra, su trípode y un catalejo. A los pocos minutos deja el trípode y se aleja rápido unos metros y vuelve emocionado. Trae en su mano una especie de cucaracha y dice que es la primera vez que la ve este año.

Carbunco o Taca-Taca

Se trata de un Carbunco, un coleóptero bioluminiscente que tiene dos falsos ojos en su espalda que producen luz sin dar calor por ello. También vemos un montón de Luciérnagas.

Momoto Coroniazul

A continuación, ve otra cosa para nosotros sorprendente, un pájaro durmiendo en un árbol. Una Momoto Coroniazul o Pájaro Bobo. Ni se inmuta ante nuestra charla y sus explicaciones, ni ante cinco linternas iluminándola.

Por supuesto con cada avistamiento Guillermo nos da todo tipo de explicaciones sobre su vida, costumbres y demás. Estamos los cuatro encantados.

Bejuquilla Verde

Además, por eso os hablaba al principio de «visita inquietante», ya nos ha dicho que rara vez se tienen encuentros con los animales que a nosotros no nos tenían muy tranquilos siendo de noche, como los de las dos fotos que os pongo. Mucho mejor.

Falsa Coral

Seguimos el paseo y en un momento dado Guillermo nos dice: A ver, ¿quien ve un animal ahí? Está iluminando la hoja de una planta y ninguno vemos nada, salvo la propia hoja.

Copiphora Rhinoceros

Le da la vuelta y sorpresa, una espectacular especie de saltamontes, el Copiphora Rhinoceros. Lo ha visto simplemente porque parte de una de sus patas sobresalía de la hoja. Estamos alucinados.

A medida que avanzábamos, encontramos un gigantesco hormiguero, con millones de hormigas que formaban lo que parecían ser autopistas vivientes y las soldado vigilantes. A partir de ahí ya andamos con cuidado de no pisarlas, no vaya a ser… 

Pholidoptera Griseoaptera

Un paseo muy agradable y enriquecedor puesto que, a cada paso que damos descubre algo que a nosotros nos pasaría totalmente desapercibido. Como este grillo un Pholidoptera Griseoaptera.

Insecto Palo

O este Insecto Palo o Phasmatodea que, con su forma se camufla perfectamente en cualquier hoja.

Insecto Hoja

Hablando de hojas, otro muy curioso, el Insecto Hoja herbívoro y nocturno que durante el día ni se mueve pasando inadvertido.

Tarántula

En un momento dado Guillermo nos avisa, ¡atención en este hueco hay una Tarántula! La voy a hacer salir de su escondite. Y efectivamente unos toques con un palito y sale amenazadora.

Rana de Lluvia Pigmeo

Un poco más tarde vemos, bueno la ve él y nos la enseña, esta ranita la  Rana de Lluvia Pigmeo o Pristimantis ridens. Tiene dos centímetros y un espectacular color amarillo dorado. Dicen que es muy difícil de ver.

De repente llaman a Guillermo, nos han pasado dos horas y pico sin enterarnos. A nuestros dos compañeros les están esperando en su furgoneta para marcharse. Hablamos y al final los llevo yo en nuestro «carro» a su hotel. Así podemos terminar nuestra visita con más calma.

Escorpión

Ya para terminar, cerca de la entrada, Guillermo nos manda apagar las linternas y él enciende una luz ultravioleta, está buscando un Escorpión. Y lo encuentra. Es curioso, nos explica que el Escorpión brilla con un color azul verdoso cuando se le ilumina con luz ultravioleta. Os pongo la foto con esta luz y con la normal.

Escorpión

Ya de vuelta en el «carro» para nuestros hoteles descubro, charlando con ellos, que nuestros compis son dos colegas, agentes de viajes costarricenses que están conociendo la zona. ¡Qué casualidad!

La visita a «El Bosque Eterno de los Niños» fue una experiencia fascinante que superó todas nuestras expectativas. Si alguna vez viajas a Monteverde, no puedes dejar de sumergirte en este mundo nocturno lleno de magia, misterio y un sinfín de maravillas naturales.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Guillermo, nuestro naturalista durante esta increíble experiencia. Su pasión por la naturaleza y su vasto conocimiento del bosque fueron fundamentales para que viviéramos una aventura tan única. No solo nos mostró los secretos ocultos de la Baja del Tigre, sino que también nos contagió su entusiasmo por cada descubrimiento, haciendo que la caminata fuera aún más fascinante. Gracias a su dedicación y amor por lo que hace, pudimos disfrutar de unas horas llenas de sorpresas y aprender a valorar la riqueza natural de este entorno de una manera profunda. Gracias.

¡Muy interesante!

¡Pura Vida!

Por Fran Raposo

© Fotografías propiedad de Fran Raposo. Prohibida su reproducción.