La Voz de Galicia
Curiosidades y anécdotas de viajes.
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26 de octubre de 2019. Lima primer contacto con Perú.

Por Fran Raposo

Ayer hace exactamente un año, de la mano de Luxotour, el 25 de octubre aterrizábamos en Lima. Un pequeño grupo de gallegos muy ilusionados, íbamos a hacer el viaje de nuestra vida, Perú.

Llegamos, como no podía ser de otra manera a Lima, era ya de noche y aprovechamos para un primer contacto por nuestra cuenta con la ciudad. Nuestro hotel estaba fantásticamente situado en el barrio de Miraflores y nos dimos un paseo por su parque central muy animado y concurrido.

Llegó la hora de cenar algo y justo enfrente teníamos uno de los sitios recomendados en internet, una “Sanguchería”, La Lucha. La experiencia fue muy buena, nos tomamos unos bocadillos y casi por error pedí una bebida de las más populares del Perú, la Chicha Morada originaria de los Andes que se hace con maíz morado, cáscaras de piña, membrillo, canela, clavos de olor, limón, azúcar y frutas picadas.

Después de esta buena experiencia nos volvimos al hotel, veníamos de un vuelo de muchas horas y el cuerpo pedía descanso.

Ya al día siguiente, 26 de octubre como hoy, nos tocaba la visita de la espectacular ciudad de Lima. Comenzamos por la visita de su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, el museo Larco, la casa Aliaga del siglo XVI que pertenece desde entonces a la misma familia la de uno de los capitanes de Pizarro y la plaza de Armas con su catedral de la misma época.

Una visita muy completa que nos dio la oportunidad de disfrutar de esta bonita ciudad.

Después una buena comida en un restaurante del área del malecón Cisneros de Miraflores, como no podía ser de otra manera, terminamos con un Pisco Sour. Uno de los compañeros de viaje ya había estado en Perú y le traía buenos recuerdos. A partir de ese día ya casi a diario fue el digestivo en todas las comidas y cenas.

A continuación, nos dimos un buen paseo para bajar la comida por el parque de Antonio Raimondi. Llegamos a un lugar en el que había un “Parapuerto”, nunca había visto uno. Al haber una gran altura sobre el nivel del mar era un sitio fantástico para el despegue en parapente.

Continuando con el paseo llegamos a la famosa estatua del Beso en donde, como tocaba, por parejas nos hicimos unas cuantas fotos que quedaron muy graciosas, pero que no voy a poner, jaja, por protección de datos. En las cercanías había un banco de mosaico con una buena frase del compositor peruano Felipe Pinglo: “Amar no es un delito, porque hasta Dios amó”.

Ya por la noche nos fuimos al Circuito Mágico del agua situado en el parque de la Reserva. Es un espectáculo de luz y color que se proyecta en sus trece fuentes controladas electrónicamente. La visita quedó un poco empañada puesto que a una de nuestras compañeras de viaje se le calló su móvil en el Uber en el que nos desplazamos hasta el lugar y hoy en día perder el móvil es perder media vida. A pesar de los múltiples intentos de contactar con el conductor, nos fue imposible, todo era atreves de la web y ni insistiendo durante muchos días fuimos capaces de recuperarlo. Además, al día siguiente por la mañana volábamos ya hacia Cusco.

¡Qué tiempos aquellos en los que se podía viajar!

¡¡Continuará!!

Por Fran Atoq

© Fotografías propiedad de Fran Raposo. Prohibida su reproducción.