Existe una bahía en Vietnam que dicen es de las más bonitas del mundo, La Bahía de Halong. Se trata prácticamente por su extensión de un mar interior, salpicado por más de tres mil islotes con vegetación tropical.
En el 2005 tuve la oportunidad de realizar un crucerito de un día por este fantástico lugar y, nosotros solos. Por suerte aquel día éramos unos invitados especiales, navegamos en un Sampán espectacular construido con maderas nobles, propiedad de mi amigo Amedeo Ferrajoli, empresario turístico italiano, nacido en Barcelona y, casado con una vietnamita.
M e contaba la tripulación que la semana anterior habían paseado en el mismo barco a la entonces vicepresidenta de España, María Teresa Fernández de la Vega, que lujo. Nuestro barco era el más fotografiado de la bahía, parecíamos una pareja de “famosos” de luna de miel.
Durante el recorrido nos llevaron a unas espectaculares cuevas y, nos agasajaron con una mariscada a base de almejas, mejillones, nécoras y pescados de la propia bahía.
Por cierto, ¿a que nunca habíais visto unas nécoras de color azul? Pues las de este sitio son así, hasta que salen de la cazuela, que son coloraditas, como todas. Tan ricas que solo las sitúo un puntito por debajo del producto nacional.
Las nécoras azules, ¿y los mejillones? Pues verdes por fuera, por dentro como los nuestros. La verdad es que Vietnam fue dominio francés y, como tal, su cocina es de las mejores y más elaboradas del sudoeste asiático.
Para muestra un botón, véase el adorno frutal que me presentaron en un restaurante, me dio tanta pena destrozar esta obra de arte, que se quedó sin probar. Lo dicho la comida vietnamita espectacular, nada que ver con los países de su entorno.