Mi sastre siempre me dice que la elegancia verdadera está en los complementos, de ahí lo importante de elegir unos buenos gemelos o un buen cinturón, a juego con los zapatos. Estas sutilezas diferencian a un hombre elegante de uno que simplemente tiene dinero y vive cerca de unos grandes almacenes. Por eso, un bombero no puede presentar sus credenciales ignífugas acompañado de una regadera de plástico verde. A parte de que no combina en absoluto, no aporta esa necesaria ilusión de seguridad de la que se tienen que revestir las fuerzas y cuerpos. Creo que hay una explicación, creo que lo que vierte el artefacto no es agua sino un líquido para deshacer el aceite que vierte el coche siniestrado. No es excusa. Seguro que hay un aparato específico (disponible en Expobombero, feria del ramo, donde puedes encontrar todo lo necesario para sofocar barbacoas) para este uso, mucho más profesional, serio y reflectante. Marca ACME.
La foto es de Simón Balvís, que seguro que iba perfectamente pertrechado.
Xenial, indiscutiblemente xenial á hora de comentar unha simple fotografía ou, quizáis, non tan simple?
Ayyyy, Vitor! pues yo veo tan elegantes las jardineras cuando salen del jardín al parque…de bomeros.
Lo de la manguera y la regadera en el bombero yo lo veo como el que todos los días conduce un ferrary pero en el campo de golf se monta en uno de esos carritos sin perder la elegancia :-)Es que veo tan tierno lo de la regadera…
Ya sé que me estás viendo el plumero, tú y ese amigo tuyo barbudo, pero no importa.