Habíamos quedado a las ocho y media de la mañana para hacer un día con Pepe Blanco. Cuando llegamos, su jefe de prensa me dejó fotografiar la primera reunión donde toman café, leen los periódicos y las encuestas y trazan la hoja de ruta. Como esa foto no me convencía esperé a que acabara la reunión y abordé directamente a Blanco –siempre hay que intentar puentear al jefe de prensa, que actúa de dique o de filtro- para convencerle de hacer una foto en su habitación. Accedió de inmediato. Cuando estábamos a la faena sonó el teléfono. Era Zapatero. La cosa fue así: –Presidente, te llamo más tarde que ahora estoy haciéndome una foto. Fue un pequeño momento de gloria: el Presidente del Gobierno esperando a que yo terminara. Para un fotógrafo, acostumbrado a sufrir los retrasos de políticos de medio pelo y a largas esperas que culminan en fotos anodinas, fue una dulce revancha. El resto del día todo volvió a su cauce y lo pasé esperando detrás de puertas cerradas. Dentro, móviles incandescentes y tensión en la auténtica sala de máquinas de la campaña. Zapatero volvió a llamar dos veces más.
Ajajajj, qué bueno. Aunque no sé cómo lo dijo Blanco y si lo transcribes así por eso, creo que después del no y antes del Presidente debería haber una coma. Hablo del título. Por lo demás, tanto el texto, la historia como la foto (y tus tres momentos de gloria), geniales.
Y en mi comentario he tenido una errata con una coma de más y una «y» de menos entre «texto» y «la historia»; quizás incluso debí añadir «que contiene».
Enhorabuena de nuevo, por esta entrada y por todas.
hecho.
gracias por colaborar.
FELICIDADES MEJUTO.
TES UN BLOG COJONUDO.
SAÚDE.
¡Ay! Gracias, señor Mejuto. Acabo de ver el blog en la portada de la voz, ¡ahí es donde debe estar!
Saludos.