Un candidato al que le lloran los niños es como un nominado, en la noche de los Oscars, oyendo el nombre de otro. Lo que le sale es una mueca parecida a una sonrisa. Pero no lo es. Por la mañana temprano el candidato se desayuna con las encuestas, lee las distintas verdades de los distintos periódicos y sale a la calle a darse un baño de multitudes. De sus propias multitudes. Pero en ese casting es muy difícil controlar la reacción de un bebé, y tampoco hay nadie que pueda decir corten! Cosas del directo.
La foto es de Carmela Queijeiro, que está muy en forma.
Homeeee! e que Feijooooo ten un pelasooo de medo pero jhuapo non é