Después de toda una semana de fotos de la huelga de limpieza, las ideas se agotan. Centros comerciales cuyos suelos están cubiertos por el celofán de nuestro desaforado consumo. Piquetes lanzando confeti de papel reciclado. Empleados de unos grandes almacenes moviéndose dentro de elegantes trajes barriendo la calle. De pronto un poco de poesía. Y tacón. Y un elegante abrigo que ejerce de vaporosa capa sobre medias de encaje. Pasando la mopa, pero con clase. La que tuvo Mercedes Moralejo cuando vio esta estupenda foto.
Qué buena! qué clase, sí señor, la de la fotógrafa. Menuda historia más bien contada. Qué cerdos y poco cuidadosos somos los humanos y a la vez que elegantes y poéticos podemos llegar a ser, o al menos, parecer.
Besos para el jefe