La Voz de Galicia
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Una señora vuelve de la compra. Tiene dos opciones: dar un largo rodeo cargando sus bolsas del super o coger un atajo, atravesando un largo puente por donde pasa el tren. Entre la vía y el vacío hay poco más de un metro. Obviamente se acoge a la segunda opción porque ningún peligro puede apartarla de su sacrosanto destino: llevar a término su preciado botín y convertirlo en un suculento guiso antes de que termine el programa de Ana Rosa. Cuando pasa el convoy se aferra a la barandilla sin soltar las bolsas con los víveres. Óscar Cela, fotógrafo de Lugo, asiste atónito a la escena. Primero piensa que es un suicidio. Luego cae en la cuenta de que es una escena cotidiana. Vuelve al periódico y lo cuenta. Ha hecho su trabajo.