No conocía las dotes de naturalista de Xaime Ramallal. Fotografiar animales salvajes en plena noche no es tarea fácil. Mientras paras el coche, montas la cámara y mides la luz, el Reino Animal no espera. En realidad el Reino Animal pasa de todo. O tienes un colega taxidermista o no mojas. El otro día en el Eume me crucé con unas crías de corzo. Paré y sólo me dio tiempo a lamentarme. Mi lentitud y su ligereza se acoplaron perfectamente para dejarme con la miel en los labios. Y eso que lloré desconsoladamente cuando murió la madre de Bambi. Podían haber tenido un detalle. En fin, que Ramallal estuvo mucho más hábil.
Te pasó como a De Niro.