La Voz de Galicia
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La foto sencilla casi siempre es la mejor, pero al fotógrafo le proporciona menos placer y le hace sentirse menos especial. Nos gusta más enredarnos con el gran angular, el objetivo más grandilocuente, y lograr esa atractiva tensión óptica. Todos deberíamos pasar una temporada usando sólo un 50mm o llevar  un severo caddy que, a nuestro lado, nos seleccionara las ópticas adecuadas como quien selecciona un hierro 7. La foto de Capotillo es bien sencilla. Un arquitecto juega con las piezas de un juego de construcción. Tranquilo y relajado, ignorando la cámara. Parece un frío jugador de ajedrez a punto de dar mate.
Por cierto, a algunos arquitectos también les gustan los fuegos artificiales. Luego no hay quien habite sus caprichos.