A veces incluso un Presidente de la Xunta, que suele ser sólo un poco menos hierático que una esfinge, puede dar una foto divertida. El niño y el Presidente sentados como dos colegas compartiendo gesto y actitud. Parecen estar a punto de cotejar sus agendas para comer o cenar. El grosor de la agenda de un niño de ahora no está muy lejos de la de un Jefe de Estado. El niño: -pues yo tengo un hueco entre inglés y música. No, un momento, a esa hora tengo pasantía. El Presidente: -pues yo a esa otra hora inauguro una depuradora y luego he quedado con mi entrenador personal. Mala suerte. Al final quedan en Monte Pío para echar una partidita en la Play. Inopinadamente gana Touriño. Corren tiempos difíciles. No para la fotografía, mientras se sigan haciendo fotos como esta de Miguel Villar, uno de los nuestros en Ourense.