La hay donde quiera que vas. La gente que te llama paparazzi y a continuación se parten de risa como si estuvieran siendo originales. La gente que cuando te ve con la cámara te dice foto-foto. Supongo que cuando ven a un albañil le dicen ladrillo-ladrillo. La gente que te orienta con la legendaria frase que da nombre a este blog cuando estas perdido en una odisea rural. Ese paisanaje indómito y cimarrón es el que da autenticidad a nuestras fotos. Todo fotógrafo costumbrista, hiperenxebrista o que pase por darle a la cosa de la etnografía, debería llevar personajes pintorescos hinchables en el maletero de su todoterreno. Una vaca también vale. Sospecho que esto último ya se hace.
Esta parrafada va por mi amigo Rodri García, que siempre me consigue buenos pintorescos para mis fotos.
La foto, que es muy cachonda, es de Mónica Irago de Arousa. Gran duelo de miradas. Mucha determinación en el baile moderno. Quedan pocas verbenas. Buena idea para un reportaje
Las irreductibles de Renza (o de donde sean).
Maravillosas, sobre todo en estos tiempos en que a las orquestas se las va a mirar y ya no se baila…una pena.
«Y no estaba muerto, no, no,
y no estaba muerto, no, no
y no estaba muerto no, no,
que estaba… tomando caña lere, lere»
Te invito a poner el chévere…
Besos para el jefe.
Si dices que quedan pocas verbenas es que no vives en Galicia. No has oído hablar de la fiebre de Panorama, París de Noia, Philadelphia y otras??
tendré que ponerme al día
Quedar, quedan Samarkanda, pero casi huerfanas de todo aquello que antes eran: viejas bailando por parejas, niños a pedradas con las niñas, jovenes aprovechando el jolgorio para ir a robar fruta….en fin, ahora las verbenas solo sirven para ocupar plazas de aparcamiento, y sino que se lo digan a Vilagarcía que el día del Combate Naval habrá verbena en la praza da Estación (de RENFE)… ¡aaaaaah que no se me olvide! la única función «pública» que le queda a la verbena es recrear el cansado ojo del paisanaje en escotes infinitos, que ya no hay orquesta que se precie que no lleve escaparate de carnicería.
Xiabre, como antes no es nada. Una cosa es decir «xa non é o de antes» y otra que no hay verbenas, afirmación totalmente infundada. Claro que los niños no roban fruta, que el hambre a pasado a la historia y la fruta al lado de la gominola comprada por mamá no gusta.
Y lo de los niños tirando piedras a las niñas además de no hacerme pizca de gracia creo que no era un elemento tradicional de romerías y verbenas. No en las de mi zona.
parece que he abierto la caja de Pandora
Cailo, cailo, no te creas, una afirmación tan rotunda como la que has hecho: «como antes no es nada», es toda una osadía, yo no me atrevería nunca a hacerla. Hay demasiadas cosas que no han cambiado, pero esas no son para recordar, por eso no se mencionan. Nadie dice que fuera elemento tradicional lo de las pedradas, no sería habitual en tu zona, en la mía o te ponías a cubierto o caían meteoritos, por supuesto jamás intentaría hacer una gracieta con ello, pero así fue la infancia de muchos; son mis recuerdos, no los tuyos.
Creo que me he expresado mal o me has malinterpretado,o ambas cosas,
los jóvenes robábamos fruta no porque tuvieramos hambre, sino como diversión, incluidas las uvas con «hinchamorros» aun sabiendo lo que nos iba a pasar y por supuesto no eran incompatibles con los regalices, aunque nosotros preferíamos las manzanas recubiertas de azucar.
Saludos
Este corazón rural non cabe no peito de gozo pola mención do gran fotero. Buscar pintorescos cuando sabes que sus arrugas serán las líneas que mejor cuenten su historia en un emotivo retrato, cuando su orgullo, hasta de sachar nas patacas, podrá ser portada de un suplemento dominical o cuando sus manos ajadas mostrarán cómo arrancan el sonido de una pandereta… es otra forma de contar historias que, al fin y al cabo, es de lo que va esto, dicen. Y defensa a muerte de las verbenas,que siguen vivas,aunque en lugares escogidos como los centros de la tercera edad donde bailan ata escachar. Nin mellor, nin peor… distinto
No me llames fotero. No tengo veinte años. Ni buen carácter.Siempre tuyo, no obstante.