Para ilustrar el tema del calor se recurre demasiadas veces al termómetro urbano. Este es un trabajo de fórmulas y trucos pero tampoco hay que vivir instalado en un constante déjà vu. Hay días en que, visualmente, te sabes el periódico antes de abrirlo. Los buenos fotógrafos son los que se salen de las fórmulas e inventan otras nuevas. Pradero, nuestro hombre en Lugo, solucionó brillantemente esta papeleta y pasó del dichoso gag del termómetro. El paisano desmadejado en la tumbona es el retrato mas certero de la canícula que he visto. Abandono y dulce pereza. Algún día.
ufffff, la primera representa totalmente el calor axfisiante, pero reconozco que me causa angustia. La segunda es deliciosa ¡Akenatón ha resucitado!