La Voz de Galicia
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Se ha perdido una letra

«Acorredme ſeñora mia en eſta primera afrenta, que a eſte vueſtro auaſſallado pecho ſe le ofrece: no me deſfallezca en este primer trãce vueſtro fauor, y amparo». El lector no advertido podría pensar al leer este texto sin adaptar del Quijote que el ingenioso hidalgo hablaba por la efe. En absoluto. Pero es fácil ver f donde hay ſ, un gradema muy parecido. Es este signo una representación gráfica de la ese que no se emplea desde mediados del siglo XVIII.
La ese larga (en cursiva, ſ; en redonda, ſ ) convivió durante mucho tiempo con la s. La primera se empleaba a principio y en el interior de palabra, y la segunda al final. La única mayúscula era la S. Era algo parecido a lo que ocurre en griego con la sigma, que se representa con el signo σ, excepto a final de palabra, donde adopta la forma … Seguir leyendo

Orthographía y ortografía

«Una de las principáles calidádes, que no solo adornan, sino compónen qualquier Idióma, es la Orthographía, porque sin ella no se puede comprehender bien lo que se escribe, ni se puede percebir con la claridád conveniente lo que se quiere dár à entender». ¿Ve el lector muchas faltas de ortografía en esta cita? Si bien puede apreciar varias contradicciones con las normas ortográficas hoy en vigor, no las hay con lo que se consideraba correcto cuando fue escrito este texto. Pertenece al «Discurso proemial de la Orthographía de la Lengua Castellana», que la Academia Española publicó en el primer volumen del Diccionario de autoridades (1726). Eran las primeras normas ortográficas de la institución, creada solo trece años antes, aunque varios autores la habían precedido en su intento de poner orden en la forma de escribir el español.
La ortografía es una convención, plasmada en unas reglas, que regula la escritura … Seguir leyendo

Vaporeando espero…

Cobra fuerza la moda de los cigarrillos electrónicos, conocidos por algunos con los exóticos nombres de eCigarro, eCigarrillo, eCig… Son dispositivos con apariencia de pitillo con boquilla. En su interior, una resistencia calienta y convierte en vapor una solución que puede contener nicotina y otras sustancias. El usuario inhala y expele ese vapor al igual que el fumador aspira y espira el humo del tabaco.
El hecho de que lo que se consume no sea humo de tabaco mueve a algunas personas a evitar decir que los cigarrillos electrónicos se fuman. Así, como lo que se aspira no es humo, sino vapor, hay quien emplea un verbo nuevo, vapear. Sin necesidad de crear neologismos, tiene el español léxico suficiente para describir ese consumo de vapores. Convertir un líquido en vapor es vaporar, evaporar o vaporizar. Echar vaho o vapor es vahear. Los supera en el caso que nos ocupa vaporear,Seguir leyendo

Peleados con la etimología

Uno de los elementos que determinan la forma de escribir las palabras es la etimología, la grafía de las voces de otras lenguas de las que proceden, principalmente el griego y el latín. Pero se dan casos en que, por distintas razones, no se respeta la etimología y se crean palabras antietimológicas. Sucede, por ejemplo, con boda, que procede del latín vota, plural de votum, ‘voto, promesa’. También en catalán es boda, quizá por influjo del castellano. Se mantiene fiel a su origen la voda del gallego. Ocurre otro tanto con abogado, del latín advocatus, cuya v se conserva en el gallego avogado.
El cambio de la b por v o de la v por b es uno de los casos más frecuentes de antietimología: avellana (del latín abellana) debería ser abellana (en gallego, abelá); barrer pierde la v del latín verrere (en gallego, varrer); sucede … Seguir leyendo

Sorprendidos in fraganti

En la Ortografía en vigor, del 2010, la Academia Española cambió el criterio sobre la forma de escribir los latinismos. Si hasta entonces no recibían un tratamiento tipográfico diferenciado, por considerarse el latín la lengua madre del español, la nueva norma establece que pasen a escribirse como cualquier extranjerismo: en letra cursiva y sin tilde alguna (en latín no existen), cuando son latinismos crudos, y en redonda si están adaptados a la ortografía y la morfología del español.
«Son voces propiamente latinas, que no cabe considerar incorporadas al caudal léxico del español —dice la Ortografía—, aquellas que se usan en los textos con plena conciencia por parte del autor de estar empleando términos en latín». El problema surge cuando el hablante tiene dudas en vez de «plena conciencia». La solución podría estar en la versión del Diccionario colgada en Internet, pero tres años después de implantada la norma los latinismos … Seguir leyendo