Ya no solo es el PP el que acapara titulares y portadas por escándalos públicos. Los casos de corrupción destapados en Cataluña (Operación Pretoria) han puesto en el punto de mira al PSC y a CiU (¿recordáis el 3%?). Y hacen inevitable la formulación de cuatro preguntas:
- ¿Están tan extendidas las prácticas irregulares?
- ¿Forman ya parte del sistema?
- ¿Nos conviene hacer borrón y cuenta nueva o pueden ser peor las consecuencias si demolemos nuestro sistema como sucedió en Italia?
- ¿Llamamos a Mortadelo y Filemón?
Ahora ya más en serio. Está claro que este asunto esconde un debate de calado. Necesita mucha reflexión. De cualquier forma, conviene escuchar a los fiscales, que piden colaboración a los partidos para que ayuden a limpiar sus propias filas.
No hay más corrupción que hace ocho o diez años. Basta recordar lo que hizo Cardenal al frente de la Fiscalía Anti-corrupción. ¿Qué hizo? Laminarla y desactivarla.