Durán i Lleida ha invitado a Rajoy a presentar una moción de censura (aunque su partido, CiU, no la apoyaría). Es un regalo cutre y envenenado de alguien al que le gustaría ser líder de la oposición. Y En el PP saben bien que presentar una moción de censura sin posibilidad de ganar tiene mucho riesgo.
Es una jugada a todo o nada. Puede servir para evidenciar que el crédito político de un gobernante está agotado y que su sucesor está en el otro lado de la tribuna; pero también puede ser un simple brindis al sol y provocar el fin de una carrera política. Hay ejemplos de sobra en la política contemporánea de ambos casos. Quizá los más famosos sean el de Felipe González contra Adolfo Suárez (funcionó bien) y el de Antonio Hernández Mancha contra González (fue un fracaso estrepitoso).
Quizá por estos precedentes la dirección actual de los populares no habla de moción de censura (puede salirle el tiro por la culata) y sí marea la perdiz invitando a Zapatero a someterse a una moción de confianza (en la que la oposición no tiene nada que perder y sí mucho que ganar).
La realidad es que el PSOE ha sufrido una derrota, pero mínima y en unas elecciones secundarias que la gente pronto olvidará. Desgastará mucho más a Zapatero -que tiene posibilidades de buscar apoyos en el Congreso- la crisis económica que estos comicios. Y queda mucho, mucho tiempo para los siguientes (2012).