Hace 22 años hubo un Sábado Santo y Rojo en el que fue legalizado el PCE, pero normalmente la política no suele ser protagonista durante la Semana Santa, al menos de cara a la galería.
Tras un período dedicado a la meditación, el recogimiento y la intriga, llega una semana decisiva para los próximos cuatro años, por varios motivos:
1. El PSOE debe concretar el núcleo duro de sus alianzas parlamentarias para garantizar la gobernabilidad. PNV y BNG están en la pomada. ¿A qué precio? Seguro que hay un plan b.
2. Los dos principales partidos revelarán quiénes son sus portavoces en el Congreso. No son nombramientos baladíes, se avecina una legislatura complicada, en la que harán falta muchos pactos, incluso entre PP y PSOE. ¿Conseguirá ZP convencer a José Antonio Alonso para liderar su grupo parlamentario?
3. El presidente debe cerrar el esquema de Gobierno que trazó durante sus vacaciones de Doñana. La quiniela aún no está sellada, pero hay algunas certezas, la presencia de De la Vega y Solbes, y varias incertidumbres: ¿será Carme Chacón ministra de Fomento (le toca a Cataluña)? ¿Entrará Miguel Sebastián? ¿Se quedará Rubalcaba en Interior? ¿Cuántos ministros gallegos habrá?
Edito: Disculpas por la larga ausencia (no anunciada) . En estas pequeñas vacaciones he descubierto que se puede vivir sin Internet.