A Ricardo Costa lo han enviado al «poleiro». El ex secretario general del PP valenciano, cabeza de turco en el caso Gürtel, ha tenido que cambiar de escaño en el Parlament al dejar también de ser portavoz. Adivinan cuál le han dado. El último. Al final del hemiciclo. Uno de los más cercanos a las puertas de Les Corts.
La situación del escaño invita a pensar que Costa tiene poco futuro en la política valenciana. ¿O no? El bueno de Ric (así le conocían Corleone, el Bigotes y el resto de muchachos de la Gürtel) sigue siendo secretario general de los populares. Al menos aún figura como tal en la web del partido. Y también sigue ocupando su antiguo despacho.
Además, del poleiro se puede salir. Puede dar testimonio de ello el líder de la oposición en España.En un famoso congreso del PPdeG (organizado por Pablo Crespo) Cuíña, Baltar y Cacharro proclamaron la apoteosis de la boina y, gracias a una puesta en escena ordenada alfabéticamente, situaron a Rajoy y a Romay Beccaría muy lejos de los focos. Entonces perdieron la batalla; pero a la larga la ganaron: quien manda hoy en el PP gallego es Alberto Núñez Feijoo. ¿Pasará lo mismo en Valencia? ¿Resurgirá Ricardo Costa de sus cenizas o tirará de cualquier manta que le haya regalado Correa?