… El sufrido ciudadano que tuvo que soportar como dos candidatos incómodos -si hubieran tenido alternativa habrían declinado encabezar las respectivas candidaturas europeas- intentaban defender lo indefendible, atizarse golpes dialécticos e intentar motivar a los votantes para participar en unas importantes elecciones europeas que, salvo sorpresa mayúscula, tendrán una participación muy discreta. Más de lo habitual. (¿Sería mejor suspenderlas?, como apunta Félix Soria). ¿Y quién ganó? ¿López Aguilar? ¿Mayor Oreja? Pues me quedo con la respuesta que da Gonzalo Bareño en Fuera de página: empate en aburrimiento.
Coincido contigo y con Bareño: empate en aburrimiento, y añadiría que en inutilidad.