Descomunal ha sido la metedura de pata de Carme Chacón al anunciar la retirada de las tropas españolas de Kosovo de sopetón.
La retirada es coherente, pero inoportuna. Por las formas empleadas la ministra de Defensa ha comprometido la imagen internacional de España -que no reconoció la independencia del país balcánico- y ha puesto en entredicho la cohesión del Gobierno: Exteriores no tenía constancia, ahora hay que dar marcha atrás… En fin, un desastre. Y no lo han provocado Magdalena Álvarez, Miguel Sebastián o Bibiana Aído, por poner algunos nombres de «sospechosos habituales».
Ha sido Carme Chacón, una de las supuestas aspirantes en un futuro más o menos cercano/lejano a relevar al propio ZP. Para más inri, esto se produce en un momento especialmente difícil para el PSOE, tras la derrota en Galicia, las dificultades para articular mayorías en el Congreso y el creciente desgaste que provoca la crisis económica.
Toca ya una remodelación de Gobierno. Debería ser profunda y extensa. Hay muchos nombres en las quinielas. Y al presidente le gusta dar sorpresas. Más de uno tendrá que hacer suyo el anuncio de la ministra de Defensa y decir, con menos alegría: «Nos vamos a casa».
PS: En cuanto a Kosovo, la postura española refrenda las posiciones de Rusia en los Balcanes. De ahí el cabreo de Estados Unidos.