…como de la peste. Los candidatos redujeron la intensidad de su agenda en el día grande del Entroido. Y evitaron las zonas donde este se celebra con más intensidad.
Es una pena que no aparecieran por Laza, Verín, Xinzo o A Coruña. Estaría bien verlos regateando oleadas de choqueiros vacilones por la atestada calle de la Torre de la ciudad herculina. Ese sí sería un verdadero baño de masas. Y de humildad. Sin trampa ni cartón. Sin prohibiciones de sacar fotos o grabar vídeos cuando no conviene. Sin asesores que escriban discursos ni preparen dosieres. Los candidatos al desnudo -armados solo con su personalidad- ante un auténtico desafío.
Pero no podía ser. El espíritu vendedor que preside ese monumental desfile que es la campaña electoral no casa bien con las burlas y el ánimo festivo. Y menos si es tan anodina como la actual. En fin, como estampa nos quedaremos con los cigarróns del bipartito que retrató Olalla Sánchez el domingo en Verín.