Escribe Carlos Punzón en La Voz sobre el jeroglífico electoral de Touriño. El artículo cuenta muchas cosas sobre el dilema del presidente y el hipotético adelanto de los comicios autonómicos previstos para el 2009, que El Correo Gallego sitúa el 26 de octubre o el 9 de noviembre. Sobre ese tema despacharon ayer en Santiago el líder del PSdeG y el número dos del PSOE, José Blanco. Yo ya hice mi pronóstico hace un par de posts. Por ahora lo mantengo -23 de noviembre-. Y voy a seguir jugando a futurólogo.
La clave de las elecciones reside en Alberto Núñez Feijoo. Me explico. Ahora mismo su partido está a un escaño de la mayoría absoluta. Tiene 37 diputados, los que logró con Fraga como cabeza de cartel en el 2005. Muchos consideraron entonces que haber presentado al veterano dirigente -entonces tenía 82 años- supuso la pérdida de la Xunta. Entonces y ahora yo sostuve y sostengo lo contrario. Sin Fraga su victoria -ganaron las elecciones- hubiera sido menor.
Han pasado tres años y Alberto Núñez Feijoo debutará -en otoño o en primavera- como cabeza de cartel. Dada la tendencia a la baja del PP gallego reflejada en los últimos comicios municipales y generales -nadie puede discutir que cada vez tienen menos poder-, parece una quimera pensar en conseguir la mayoría absoluta, la única manera de llegar a la Xunta.
Un buen resultado sería perder apenas uno o dos diputados, incluso tres o cuatro no estaría mal, ya que ahora el partido de la gaviota no controla el siempre sospechoso y progubernamental voto emigrante. Lo que tengo claro es que el ourensano no podrá mejorar o igualar lo que hizo Fraga. Y que un retroceso mayor que cinco escaños abriría de nuevo la pugna por el liderazgo de los populares gallegos. La sombra del retirado patrón es alargada.