Por si alguien aún tiene dudas, Galicia está en precampaña. Hace tiempo que los tres grandes partidos gallegos disputan una carrera electoral larga, de momento poco emocionante, que terminará en la cita con las urnas de marzo del próximo año.
Esta precampaña incluye promocionales de todo tipo (y dudoso oportunismo), un recrudecimiento de la fotitis (creo que no hace falta explicación para el palabro) y maniobras de todo tipo para no quedarse rezagados y -estamos en época de Tour- llegar a marzo con fuerzas suficientes para esprintar por el Gobierno.
Varios escenarios posibles:
1. El PSdeG espera situarse como primera fuerza política o, al menos lograr un empate técnico con el PP en torno a los 30 diputados. Touriño repetiría como inquilino en Monte Pío y el BNG de Quintana tendría que conformarse con un papel menor en un hipotético Gobierno de coalición. Eso sí, si no mejoran los resultados, el actual presidente se encontraría mucho más condicionado en su política por un partido -el PSOE gallego- cada vez mejor controlado por el triunfante Pepe Blanco.
2. Alberto Núñez Feijoo se enfrenta a su primera cita con las urnas como candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia. Tendrá muy difícil mejorar o igualar los resultados de Fraga. Los populares gallegos no pueden tirar cohetes por los resultados obtenidos en los últimos comicios -cada vez conservan menos núcleos de poder- y siguen sin poder aliarse con nadie. Si en el 2009 solo pierden un puñado de escaños y conservan la posición de primera fuerza, les habrá salido bien la jugada, aunque les esperen otros cuatro años pasando frío en la oposición.
3. Parece muy difícil que el BNG pierda apoyos, pero los nacionalistas corren el riesgo de estancarse -no crecer en diputados- y perder peso en un nuevo Gobierno de coalición. Un buen resultado para los bloqueiros pasaría por crecer, sobre todo si le arañan votos al PP, y no dejar demarrar al PSOE. En caso contrario, habrá mucha contestación interna y, quizá, una reformulación de la política de alianzas que les ha permitido alcanzar mucha cuota de poder en Galicia.
La cita con las urnas va a estar muy condicionada por la coyuntura económica. Si la crisis sigue disparando los precios y engordando las cifras del paro, hacer predicciones puede ser una lotería. Aunque hay varias certezas: no habrá AVE, los emigrantes seguirán sin votar en urna y un bicho muy grande llamado Cidade da Cultura seguirá devorando paletadas de dinero cada día. Y alimentando al entorno de los dos partidos que gobiernan la Xunta.
Pero, mientras no llegan los comicios, el PP ourensano asegura el poder haciéndose con la posibilidad de repartir los fondos de los planes Leader.Entérense de la formación de la Xunta Xestora del G.D.R. que abarca los municipios de A Peroxa, Vilamarín, Coles, Amoeiro, Ourense, Barbadas, Toén, etc.