El Congreso elige en breve a su presidente. Será un socialista, ex ministro y ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. Salvo sorpresa mayúscula, no logrará ser elegido a la primera.
Su historial de críticas a los partidos nacionalistas le pasará factura. Ni PNV ni CiU parecen muy entusiasmados con su candidatura. Ni aunque el PSOE les ceda dos puestos en la mesa del Congreso. Habrá segunda votación. Y entonces valdrá la mayoria simple. Pero la derrota será histórica -nunca un presidente del Congreso fue elegido así- y quedará en el historial de un político, el manchego, acostumbrado a ganar siempre.
¿Ha acertado Zapatero al elegir a Bono? En opinión de otro histórico socialista, Alfonso Guerra, no. En la mía, tampoco. En una legislatura en la que se ansía la recuperación del consenso, el ex ministro, aunque capaz, no parece el hombre adecuado para ejercer de árbitro. Si es el político al que todos conocemos, acaparará protagonismo.
Un añadido. El PP presenta su propia candidata a presidir la cámara, Ana Pastor. No tiene esperanza alguna de victoria. ¿Por qué la presentan?
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