El “efecto Fukushima” y otras derivaciones de la percepción del riesgo
Han pasado ya más de tres meses desde el gravísimo accidente en la central nuclear de Fukushima y la impresión que da es que este evento marca un antes y un después en el debate sobre las fuentes de energía y, en particular, como es lógico, en el debate nuclear. Es verdad que la casi totalidad de las víctimas han sido ocasionadas por el terremoto y posterior tsunami que, en cuestión de minutos, azotó las costas de Japón (hasta el momento se contabilizan más de 9.000 fallecidos y 12.645 se encuentran desaparecidos). Pero lo que sigue presente en nuestras retinas son los seis reactores nucleares de Fukushima de los que tres están seriamente dañados y que, a lo largo de estos meses, han seguido emitiendo y vertiendo sustancias radiactivas. Y no es fácil parar tan peligrosa contaminación.
Cuando a finales de abril de 1986 explotaba la central nuclear de Chernobil… Seguir leyendo