Acabamos de celebrar el 23-F como un triunfo para la democracia treinta años después de la intentona de glope de Estado de la que afortunadamente nos zafamos. Pero por razones muy diferentes queremos recordar ahora que este 23 de febrero de 2011 ha tenido lugar la publicación en el Diario Oficial de Galicia la publicación de Decreto 20/2011 por el que se aprueba definitivamente el Plan de Ordenación del Litoral (POL). Han tenido que pasar nueve años, un mes y veinticuatro días desde la aprobación de la vigente Ley 9/2002 de Ordenación Urbanística y Protección del Medio Rural, en cuya disposición transitoria octava se prometía la aprobación de este Plan. Y han sido casi treinta años, desde la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia (por Ley Orgánica 1/1981, de 6 de abril), en donde se atribuía a la Comunidad Autónoma gallega la competencia exclusiva para la ordenación de su litoral (cfr. art. 27, 3).
Confieso que para mi –el 23-F de 2011- ha sido feliz al ver plasmado en el diario oficial un Plan por el que tanto hemos clamado desde nuestro Observatorio del Litoral de la Universidade da Coruña. Y esto lo digo desde mi condición de humilde investigador universitario, apasionado del litoral gallego (en cuyas frías aguas me zambullo semanalmente) y manifestando que me hubiera encantado participar en su elaboración pero que las circunstancias han determinado que no fuera así. Si acaso me considero su firme e incansable instigador.
Pienso que es de justicia dar la bienvenida a un Plan necesario –y urgente- para el litoral de Galicia, para proteger nuestro valioso y precioso rostro marítimo, para preservar lo que naturalmente hemos recibido y para mejorar lo que por ignorancia hemos deteriorado. Y del mismo modo, es de justicia felicitar a quienes durante muchos meses han trabajado con tanta dedicación y ahinco. Desde el último Gobierno del Presidente Fraga, pasando por el Biptartito, hasta el actual Gobierno de Feijoo, han sido muchos los borradores, trabajos, estudios, etc. que se han sucedido hasta llegar al POL. Encasillar al POL bajo la mera óptica partidista sería, a mi juicio, un muy pobre argumento para un analisis serio y concienzudo de tan digno trabajo.
Y todo esto –que ya suena a panegírico- ¿implica que el POL es un instrumento perfecto, inmejorable, incontestable, y definitivo? ¡En absoluto!, el POL como cualquier obra humana es susceptible de innumerables mejoras que el tiempo irá señalando y aconsejando. Como todo Plan de estas características prevé su mecanismo de revisión y actualización. El POL sólo aborda la ordenación y protección de una fina línea –casi imperceptible en el mapa- de los 500 metros del litoral desde la ribera del mar. Parece un pequeño paso, pero, para los que hemos estudiado un poco los procesos de ordenación del territorio y del litoral, es un paso de gigante en Galicia.
Habrá tiempo para analizar con más detalle su contenido –y el de las Directrices de Ordenación del Territorio que se han aprobado definitivamente el mismo día que el POL (veinticinco años después de su previsión en la Ley gallega de Ordenación del Territorio de 1995)- y seguir con interés su aplicación práctica a lo largo del litoral de Galicia. Por el momento, queremos celebrar que la costa de Galicia ¡ya tiene el Plan!, felicitar a los que lo han hecho posible y felicitarnos a los que hemos reclamado desde hace tanto tiempo. Ahora es tarea de todos defenderlo y mejorarlo.