“It´s a small world” es la locución inglesa para expresar que “el mundo es un pañuelo”. Os aseguro que el dicho se cumple una vez más como he tenido la oportunidad de comprobar en una de mis excursiones en bicicleta desde el S. F. Ferry Building –en el centro de San Francisco– hasta Sousalito, un delicioso pueblito turístico que está al otro lado del famoso Golden Gate Bridge. De vuelta a casa, al tomar el “ferry” que te lleva a uno de los embarcaderos (“pier”) de San Francisco, me encontré el otro día con una española afincada en Estados Unidos que estaba de vacaciones con su familia. Resulta que estudió su carrera en Bilbao, en la Universidad de Deusto, donde yo estudié parte de mi estudios de Derecho. Pero lo más curioso es que, al presentarnos, ella me contó que trabaja, desde hace varios años, en el staff de una de las más importantes asociaciones ecologistas de los Estados Unidos, The Nature Conservancy (conocida por las siglas TNC). Esta entidad fue fundada en 1951 por el conservacionsta norteamericano Richard POUGH, tiene por objetivo fundamental la conservación de la biodiversidad y del medio natural, y cuenta con más de 1,000.000 de miembros.
Esta anécdota me da pie para comentar algunas cuestiones relacionadas con los movimientos ecologistas en los Estados Unidos, donde hay más concienciación ambiental ciudadana de la que nos imaginamos. De hecho, el pasado sábado en la vecina ciudad de Oakland tuvo lugar una manifiestación de miles de personas –“The march for Real Climate Leadership”- en contra del “fracking” en el Estado de California. Bien es sabido que la primera organización ecologista de la historia –Sierra Club– nació aquí, en San Francisco, fundada por el conservacionista y preservacionista de origen escocés John MUIR el 28 de mayo de 1892. Esta pionera organización –orientada bajo el lema “Explora, disfruta y protege el Planeta” (“explore, enjoy and protect the Planet”)- goza de muy buena salud y sigue teniendo una gran influencia en la opinión pública estadounidense. Pocos años después nacería en la este, en Massachusetts el año 1896, la “Audubon Society” de gran importancia en la protección de la aves.
No obstante, el movimiento ecologista está asociado aquí con notables precursores intelectuales, a filósofos como Ralph Waldo EMERSON (1803-1882) y Henri David THOREAU (1817-1862) autor éste de la inolvidable obra arcádica “Walden”; a diplomáticos como George Perkins MARSH (1801-1882); a silvicultores como Aldo LEOPOLD (1887-1948); a biólogos como Rachel CARSON (1907-1964) –autora de la impactante obra “Primavera Silenciosa” (Silent Spring, 1962) sobre los efectos del DDT sobre la naturaleza-, Barry COMMONER (1917-2012), Paul R. ERLICH (1932-); a ambientalistas como David BROWER (1912-2000) nacido en Berkeley, fundador de la organización internacional “Friends of the Earth”, en 1969 en Santa Bárbara (California); incluso a politicos como el vigésimo sexto Presidente de los Estados Unidos, Theodore ROOSELVET (1858-1919) bajo cuyo mandato se aprobaron importantes medidas en la protección de los espacios naturales; etcétera.
Mucho más recientes, destacan los nombres de Lester R. BROWN (1934-), fundador del Worldwatch Institute en 1974 (con el apoyo de la Fundación Rockefeller); Amory LOVINS (1947-) con particular influencia en el campo de las energías renovables; Albert Arnold AL GORE (1948-) que, me parece, no necesita de presentación; Bill McKIBBEN (1960-), periodista especializado en cambio climático y creador de la campaña anti-carbón “350.org”. Éste ultimo autor publicó en 2008 el libro- prologado por AL GORE– sobre los más importantes autores de obras relacionadas con el medio ambiente, con el título “American Earth: Enviromental Writing Since Thoreau” (editado por Library of America).
Un caso aparte es el “Green Party” de los Estados Unidos, un partido politico con más de 300.000 afiliados, fundado en 1991, que venido participando activamente en la política norteamericana desde la década de los años ochenta del siglo XX. Si bien sus resultados electorales no han sido exitosos a lo largo de su historia (dado el arraigado bipartidismo de la política norteamericana), el “Green Party” ha tenido cierta relevancia con la presentación en 1996 y 2000 del conocido activista de los derechos sociales y polifacético Ralph NADER (1934-) como candidato a la Presidencia.
A través del interesante blog de David RUYET (“energy puzzle”) tuve conocimiento del texto publicado en octubre de 2004, por por dos ecologistas norteamericanos, Michael SHELLENBERGER y Ted NORDHAUS, bajo el provocativo título: “The Death of Environmentalism” (traducido al castellano como “La muerte del ambientalismo. Políticas sobre calentamiento global en un mundo post-ambientalista”) que contiene una aguda crítica al ecologismo histórico de los Estados Unidos –frecuentemente catastrofista- y que aboga por unos nuevos planteamientos más optimistas. Este “paper” se integró posteriormente en el libro publicado en 2007 por los mismos autores con el titulo “Break Through. From the Death of Environmentalism to de Politics of Possibility”, (editorial Houghton Mifflin Company).
¿Realmente, estamos ante un nueva etapa –que podemos denominar “post-ecologismo– del movimiento ambientalista aquí en los Estados Unidos? ¿Está agotado el modelo tradicional de los “partidos verdes” y de los grupos ecologistas? Son cuestiones que no me atrevo a responder plenamente pero, al menos, en la segunda parte de esta entrada de mi blog, expondremos algunas nuevas tendencias que se observan aquí. Aunque, advierto, quizá no son de todo trasladables a nuestra «vieja Europa».
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