Reconozco que es la primera vez que he seguido con cierto interés el “World Economic Forum Annual Meeting” (conocido por “Foro de Davos”) bajo el lema “The New Global Context”, celebrada en la turística ciudad suiza de Davos-Klosters los pasados días 21 a 24 de enero. Sabía que este “Foro” tiene una gran capacidad de convocatoria y que reúne cada año a célebres personalidades públicas, gobernantes, periodistas, profesores universitarios y, especialmente, los líderes de las más importantes empresas del mundo (cien de éstas son su soporte económico prinicipal). También es sabido que el “Foro” ha sido objeto –junto con otras institutuciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el G-8– de las críticas por parte de los activistas anti-globalización, en ocasiones, con violentas protestas a sus puertas.
Lo que no sabía -ahora me entero- que el “Foro” –una Fundación sin ánimo de lucro, con sede en Ginebra, fundada en 1971 por el Profesor de economía suizo Klaus SCHWAB– tiene por objetivo fundacional “mejorar la situación del mundo” desde el punto de vista económico y social. Y que contempla entre sus asuntos prioritarios la “sostenibilidad ambiental” y la “salud” (ambos, al menos, desde 1991), junto al “crecimiento económico”, los “sistemas financieros” y el “desarrollo social”. Además, publica una serie de Informes entre los que se encuentran los “Global Risk Reports” (evaluación de los riesgos globales fundamentales), elaborado por la “Red Global de Riesgos” un informe anual que evalúa los riesgos que se consideran globales, que tienen importancia entre industrias, que son inciertos, que pueden causar daños económicos por más de US$ 10.000 millones, que pueden causar gran sufrimiento humano y que requieren un enfoque multidisciplinario para poder mitigarse. Por cierto, que el Informe de 2015, incluye entre los riesgos globales de naturaleza ambiental: los eventos meteorológicos extremos (inundaciones, tormentas, etc.), la falta de adaptación al cambio climático, la pérdida de biodiversidad (tanto en tierra como en los océanos), las catástrofes naturales mayores (terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, etc.) y contaminaciones ambientes de procedencia antrópica (vertidos, radioactividad, etc.).
Por otra parte, el Foro ha promovido varias iniciativas de carácter ambiental, como la solicitada por el gobierno del Reino Unido, en 2005, durante la Cumbre del G-8 en Gleneagles, relativa a los problemas relacionados con el cambio climático y el agua, que posteriormente se concretaron en 2008 en una serie de recomendaciones –para facilitar el diálogo con la comunidad empresarial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero- presentadas a los líderes del G-8 en la Cumbre de Toyako/Hokkaido. Asimismo, cabe destacar la iniciativa del Agua para promover el desarrollo de empresas para la gestión del agua en países en desarrollo. Tampoco falta entre sus proyectos un apartado relativo a la “economía circular” que incluye un reciente informe de 2014 (“Towards The Circular Economy”), elaborado en colaboración con la Ellen MacArthur Foundation.
En esta ocasión la referencia al “cambio climático” –que ha sido uno de los más importantes “trending topics” del “Foro”, aunque no el más citado- no podia faltar ya que bien se ha encargado de promocionarlo el ex-vicepresidente de los Estados Unidos, Al GORE, como uno de los “hombres de Davos” que es (miembro del Consejo de la Fundación del Foro Económico Mundial). Su intervención el primer día del Foro (el 21 de enero), en la sesión titulada “What’s Next? A Climate for Action”, es una muy visual y espectacular presentación incidiendo sobre los efectos catastróficos que ya se están sucediendo como consecuencia del cambio climático, que tanto nos recuerda a su memorable documental “An Inconvenient Truth” (Una verdad incómoda). Y, al final de su charla anuncia la celebración de otra edición de otro planetario concierto musical “Live Earth”, como el celebrado en 2007 (en el que también intervino el ex-vicePresidente), esta vez el 18 de junio próximo bajo el lema “Road to Paris” (Camino de París), con la idea de enviar un claro mensaje a los líderes mundiales de que “deben actuar ya a favor del clima”. Un mensaje, por lo tanto, para los participantes en la “Cumbre del Cambio Climático” que tendrá lugar en la capital gala el próximo mes de diciembre.
Escuché con interés la entrevista de Al GORE a Mario MOLINA, el Premio Nobel de Química en 1995 (quien alertó sobre la reducción de la capa de ozono por gases clorofluorocarbonos), poniendo de manifiesto la necesidad de una buena comunicación científica, aunque más bien parece que Al GORE se hace la entrevista a sí mismo.
Muchas otras cosas –de gran interés ambiental- se pueden escuchar en las intervenciones del “Foro”: la llamada a la acción de Ban KI-MOON para luchar contra la pobreza, potenciar la paz y los derechos humanos y proteger el medio ambiente; sobre la importancia del año 2015 para las negociaciones del clima por parte de Felipe CALDERÓN, Jefe de la Global Commission on Economy and Climate (“Better Growth, Better Climate”, “Closing the climate deal”); el seminario organizado por el MIT sobre los retos del agua y la alimentación; la intervención moderadamente optimista de Johen ROCKSTRÖM, Profesor de Sostenbilidad Global del Stockholm Resilience Institut, ante los famosos nueve “planetary boundaries” (límites de nuestro planeta sobre la sostenibilidad ambiental); y un largo etcétera.
Un buen resumen de las conclusiones ambientales del “Foro” nos lo ofrece en su blog, la influyente costaricense Christiana FIGUERES, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático. Con estos intesantes titulares: sobre la indiscutible madurez de las energías renovables, de que ha llegado el momento de la verdad para los combustible fósiles (sobre la necesidad de acabar con los subsidios), acerca del imprescindible liderazgo de las empresas en la lucha contra el cambio climático (de lo que es muy Buena muestra el potente grupo de empresas –“The B Team”- hacia las emisiones cero en 2050) y de la inescindible relación entre el cambio climático y el desarrollo sostenible.
Con todo lo anterior, no piense el lector, ni mucho menos, que la sostenibilidad ambiental ha tenido un gran protagonismo en el 44 “Foro de Davos”. Muchos temas han estado por delante –en particular los económicos y financieros- pero, al menos, se ha aprovechado la oportunidad para marcar el rumbo hacia la Cumbre de Paris sobre el cambio climático y esto ya es, a mi juicio, un gran logro.