Celebramos hoy una nueva edición –las 42ª- del Día de la Tierra, promovida por un Senador estadounidense y activista ambiental Gaylord NELSON, con la idea de crear una conciencia común para proteger nuestro Planeta y tratar de reducir su contaminación y degradación. En este año el lema es “moviliza la Tierra” («movilízate por la tierra») y miles de iniciativas en todo el mundo –en particular en las instituciones educativas de todos los niveles- se están desarrollando –y se desarrollarán- en pro de su conservación y protección.
Coincidiendo con esta fecha este blog celebra su segundo aniversario desde su creación y sigo pensando que todavía queda mucho por hacer para avanzar en la buena dirección. Aquí simplemente pretendemos dar algunas claves hacia la sostenibilidad ambiental, aunque soy consciente de que no siempre acierto ya que son muchos y variados los temas y cuestiones que han sido tratados durante este bienio.
La crisis económica sigue su penoso curso, dejando tras de si la inestabilidad de los mercados, el paro y la incertidumbre hacia el futuro. Los indicadores ambientales nos señalan que siguen creciendo los problemas sobre las grandes cuestiones del Planeta: el cambio climático, la disminución de la biodiversidad, la contaminación de las aguas marinas y continentales, etc. Sin embargo no quiero incurrir –como es habitual en esta temática- en un gratuito catastrofismo.
Tenemos por delante la magna Cumbre Rio+20 en Río de Janeiro el próximo mes de junio. Estoy haciendo todo lo posible para estar allí aunque no va ser nada fácil. Me encantaría formar parte de esa multitud de personas, activistas ambientales, ecologistas, políticos, científicos, intelectuales, etc. acudirán a Rio con la esperanza de que, pese a la crisis –o mejor, aprovechando la oportunidad de la crisis- podamos iniciar una nueva etapa histórica que suponga un cambio del modelo productivo actual que nos trae un insostenible consumismo materialista.
Lo sé. Se que este sueño mío todavía se va hacer esperar. Quizá sea una insulsa utopía. Pero intuyo que, tarde o temprano, llegará el momento en que nos pongamos a trabajar en lo que de verdad importa: un mundo mejor en el que los seres humanos serán conscientes de sus limitaciones y de la necesidad de respetar su entorno y sus recursos naturales, y por tal motivo, respetar a los demás seres humanos.
Para conseguir este objetivo es necesario movilizarse. Es preciso actuar ya –como remarca la campaña del Día de la Tierra-. No cabe un inmovilismo egoísta. Fuera todo conformismo derrotista u optimismo insensato. Hay que poner en acción lo mejor de nosotros mismos, promoviendo una tupida red de actitudes solidarias con los seres humanos que hoy pueblan nuestro Planeta y con nuestras generaciones futuras.
En este Año Internacional de la Energía Sostenible para todos, deseo vivamente que no decaigan nuestras energía para promover la auténtica sostenibilidad.
Se suele decir que «no hay dos sin tres». Tras estos dos años de blog espero seguir aportando mi humilde colaboración ambiental un año más con la sabia ayuda de mis lectores, los que me animan a continuar y de los que me critican (de los que tanto he aprendido).