En el Dia Mundial de los Océanos que hoy celebramos –bajo el lema “Nuestros océanos: por un futuro más ecológico”- no me resisto a dedicar esta entrada a uno de mis temas preferidos: la sostenibilidad pesquera.
Hace pocas semanas enunciabamos –siguiendo el reciente trabajo de Sergio ROSSI (El Planeta Azul)- los numerosos y graves problemas que aquejan a nuestros mares y océanos: contaminación por vertidos accidentales y operativos, proliferación de especies invasoras, calentamiento global, destrucción de arrecifes, etc. Pero no cabe la menor duda de que uno de los frutos más amargos de nuestra imparable explotación de los recursos marinos es la extendida práctica de una pesca depredadora e irresponsable y muchas veces ilegal. La capacidad extractiva del ser humano a través de la pesca industrial (nótese que se habla de “buques factoría”) ha crecido exponencialmente a la par que índice las capturas ha descendido en muchas pesquerías de forma alarmante (véanse los datos que facilita la FAO).
En estos momentos se está debatiendo en el seno de la Unión Europea –desde la publicación del Libro Verde de 2009– una nueva reforma de la Política Pesquera Común que deberá reorientar esta actividad a partir del 2012. Y en este sentido hay unanimidad entre los expertos (no sólo los ecologistas) en que la gestión de la pesca marítima ha fracasado no sólo en la propia Unión sino en todo el mundo y que es urgente incorporar a dicha gestión el llamado “enfoque ecosistémico”. Este aparentemente novedosa “gestión de las pesquerías enfocada en los ecosistemas” no es otra cosa que incorporar los criterios biológicos y ecológicos en la gestión de los recursos pesqueros, o, lo que es lo mismo, lograr una mayor sinergia entre las medidas netamente de protección del medio ambiente y las medidas de gestión puramente pesquera.
Para no incurrir una vez más en el pesimismo que domina en los estudios y publicaciones sobre estas materias, deseo destacar aquí que existen muchas iniciativas que persiguen este necesario equilibrio entre la racional explotación pesquera y la sostenibilidad. No falta buenas prácticas en todo el mundo que intentan respetar el famoso Código de la Pesca Responsable de la FAO. Y un ejemplo muy significativo de esta buena dirección lo tenemos aquí en Galicia y más concretamente en A Coruña. Se trata de Lonxanet Directo, una empresa de comercialización y distribución directa de productos del mar, creada en 2001, y que se conoce en todo el mundo como un ejemplo paradigmático de iniciativa empresarial que compagina la sostenibilidad ambiental, económica, cultural y social con la pesca artesanal.
Antonio GARCÍA-ALLUT, antropólogo y Presidente de dicha empresa y de la Fundación Lonxanet, es un incansable defensor de la pesca artesanal en los más diversos foros del mundo. Está convencido de que es posible implicar a los pescadores artesanales y sus comunidades en la custodia de los ecosistemas marinos y en la co-gestión de la sostenibilidad del mar. Ojalá que iniciativas como ésta, promovidas por este dinámico emprendedor social -que ha puesto en marcha además interesantes proyectos de áreas marinas protegidas co-gestionadas (http://www.mardelira.net/) y una Red internacional de Comunidades Pesqueras para el Desarrollo Sostenible (http://www.recopades.org/)- se prodiguen; y, en definitiva, demuestren que es evitable la “tragedia de los bienes comunales” acuñada por el ecologista Garret HARDIN en 1968, y que, como han defendido la economista Elinor OSTROM y su colega Oliver E. WILLIAMSON –galardonados con el compartido Premio Nobel de Economía de 2009– cabe gestionar con éxito los recursos naturales comunes. Esta sí que sería una buena noticia para el futuro sostenible de nuestros lacerados océanos.