Acaba de publicarse una biografía autorizada de Félix Rodríguez de la Fuente, escrita por conocido periodista ambiental Benigno VARILLAS: Félix Rodríguez de la Fuente. Su vida, mensaje de futuro, publicada por La Esfera de los Libros y la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (Madrid, 2010). Con anterioridad contábamos con las biografías de Joaquín ARAUJO (El amigo de los animales, Ediciones SM, Madrid, 1991) y de Miguel POU (Félix, el amigo de los animales, Equipo Sirius, 2005).
Este año se celebra el 30 aniversario de su trágica muerte en Alaska, aquel 14 de marzo de 1980, al accidentarse su avioneta en la que también murieron el piloto y dos de los ayudantes del genial divulgador ambiental. Murió haciendo lo que más le apasionaba -y lo que venía haciendo desde mediados de los sesenta del pasado siglo XX- filmar en los lugares más recónditos del Planeta las maravillas de la naturaleza.
Como tantos otros miles de personas –de España y de fuera de España- me declaro aquí deudor (mi vocación ambientalista) del extraordinario patrimonio que nos dejó con su pasión por la naturaleza, manifestada en sus innumerables documentales y, en particular, en aquella inolvidable serie de “El hombre y la Tierra” con la que los españolitos de los años setenta gozábamos con la magia de su voz y la fuerza de sus imágenes.
En esta ocasión, Benigno VARILLAS –fundador y director por más de diez años de la más prestigiosa revista ecologista “Quercus”-, a diferencia de los anteriores biógrafos, ha tenido la gran fortuna de contar con el acceso a enorme patrimonio documental que sobre el “amigo de los animales” dispone la Fundación Félix Rodriguez de la Fuente, eficazmente dirigida por su hija Odile.
Son muchos los datos personales que se desprenden de esta voluminosa biografía de más de 750 páginas, jalonada –con gran acierto- de la transcripciones escritas de sus palabras dichas en sus documentales y entrevistas. A lo largo de XXI capítulos que abarcan todas las etapas de su intensa vida y que, incluso, se proyectan desde el pasado (buscando las raíces de su pensamiento, apasionado por el hombre del paleolítico) y se extiende hacia el futuro (pues su figura y su mensaje se agranda hasta nuestros días y traspasa las fronteras), se trata de profundizar en su atractiva personalidad y en su concepción del mundo y del hombre.
Muchos son los acontecimientos de nuestra pasada historia que están vinculados con la obra de nuestro gran amigo Félix: el resurgimiento de la cetrería en España, la protección de los animales salvajes peninsulares (el lobo, en especial), la divulgación en televisión de la vida salvaje para niños y adultos, la difusión de la vida y costumbres de recónditos pueblos del mundo, la fundación de la primera organización ambientalista en España (ADENA, en 1969), la aprobación de leyes más respetuosas con la fauna silvestre, los ecos en España de la Conferencia de Estocolmo de 1972, los primeros pasos de la Estación de Doñana y un largísimo etcétera.
En la nueva biografía se plantea la cuestión sobre la posición ideológica del malogrado naturalista. ¿Conservador o progresista? Mi opinión, tras leerla de un tirón la autorizada biografía, es que nuestro querido Félix, pese a haber desarrollado gran parte de su actividad profesional en el régimen anterior al constitucional y democrático, siempre permaneció al margen de veleidades y banderías políticas. Por encima de todo fue una apasionado de la naturaleza y un incansable promotor de la necesaría armonía entre el hombre y la Tierra. Y tan grandiosa pasión nos la comunicó a innumerables personas en todo el mundo, que le estamos enormemente agradecidos.
Me encantó esta publicación, en la que rápidamente me remontó a la niñez cuando miraba el famoso programa «El hombre y la Tierra»…realmente inolvidable.
Muchas gracias!