Con motivo de mi viaje a Cáceres, donde asistí al acto de investidura del doctorado Honoris Causa del Profesor Santiago MUÑOZ MACHADO, del que acabo de volver, tuve la oportunidad de visitar –aunque sea brevemente, el pasado viernes 22 de abril– el Parque Nacional de Monfragüe, situado dentro del triángulo que forman las ciudades de Plasencia, Trujillo y Cáceres. Este Parque Nacional, declarado como tal en marzo de 2007 y, previamente, en 1991, declarado “Zona de Especial Protección para las Aves” (ampliado en 2004 a las «dehesas del entorno») es un verdadero paraíso de los pájaros, donde puedes observar hasta 210 especies diferentes de aves: una de las mayores colonias reproductoras de buitre negro, la mayor concentración mundial de águila imperial, y una de las más grandes concentraciones de rapaces mediterráneas.
Para mi la fugaz visita a Monfragüe fue la forma de celebrar el “Día internacional de la Madre Tierra”. ¿Qué mejor forma de hacerlo? Mientras, en la sede de Naciones Unidas en New York, mandatarios de 175 países firmaban -el mismo día 22 y ante la presencia del Secretario General dela ONU, Ban KI-MOON– el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, una esperanzadora muestra del compromiso de la Comunidad Internacional en la lucha contra el calentamiento global.
Sin restar importancia al anterior acontecimiento, el motivo central de esta entrada de mi blog es hacer notar que el repetido 22 de abril celebramos el 400 aniversario de la muerte del gran genio de la literatura mundial, Miguel de CERVANTES SAAVEDRA, y de hecho, este año está plagado de interesantes actividades culturales organizadas en toda España por la Comisión Nacional para la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de CERVANTES. Puestos a buscar alguna concomitancia de la obra de tan universal literato, es, desde luego, casual la coincidencia de la fecha de su fallecimiento con la de la celebración –como acabamos de señalar- del “Día Internacional de la Madre Tierra” que, además, este año lleva por lema: “Los árboles para la tierra”. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los árboles –que aparecieron en el Planeta has más de 300 millones de años y de las que se calcula que existen 60.000 a 70.000 especies- desempeñan unas funciones esenciales para el clima (reduciendo los efectos de clima), para la biodiversidad (ayudando a contrarrestar la pérdida de especies), para la salud humana (ayudándonos a respirar un aire más limpio), etc.
Pues bien, volviendo al inmortal novelista español, es curioso encontrar en su obra cumbre –el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha-, en el Capítulo 11º -relativo al episodio del Caballero de la Triste Figura con unos cabreros- una maravillosa descripción de la naturaleza en unos supuestos idílicos tiempos antiguos: “Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario, para alcanzar su ordinario sustento, tomar otro trabajo que alzar la mano, y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano sin intereés alguno la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las casas sobre rústicas estacas, sustentadas no más que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella sin ser forzada, ofrecía por todas partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían”.
Como se puede comprobar, en este bellísimo texto literario, se contienen expresivas referencias a los motivos clave de este nuevo año internacional -la Madre Tierra y los árboles- con el que deseo homenajear al excelso Miguel de CERVANTES en este su cuarto centenario. Y, a tanta celebración, se une otro aniversario entrañable para mi, mucho más humilde, por supuesto, me refiero al sexto aniversario del inicio de la andadura de este blog.
Impresionantes imagenes, me gustan muchisimo, ademas es que este parke de california ha sido casi siempre el mas preferido por los americanos de la zona.