Nadie que sea amante de los libros puede dejar de visitar, si viene a San Francisco, la librería Citylights, situada en la céntrica Columbus Avenue. Fundada en 1953 por el poeta Lawrence FERLINGHETTI, esta librería –asociada a la prestigiosa asociación de libreros, Literary Landmarks– es un centro de culto sobre la literatura de la “Generación Beatnik” y la cultura alternativa que tanto proliferaron por estas tierras desde finales de los cincuenta del XX.
En esta mi segunda visita a Citylights me he centrado al género de la literatura encuadrada bajo la denominación “Green Politics”, que abarca cualquier tipo de obra referida a las cuestiones ambientales aunque, más bien, orientada hacia el ensayo y no tanto hacia su exposición científica y técnica. Como ya es sabido esta literatura es particularmente pródiga en Norteamérica. Ya tendremos, espero, la oportunidad de exponer, más adelante, algunas de las obras más destacadas, pero, en esta ocasión, mi atención se centra en la reciente obra del joven historiador de la Universidad canadiense de Alberta, Jeremy L. CARADONNA, quien, bajo el ambicioso título “Sustainability. A History” (publicado, a final del 2014, por Oxford University Press).
Antes de ofrecer un breve comentario sobre su contenido e ideas principales, conviene advertir al lector que, desde hace varias décadas, se ha desarrollado el género de la historia del medio ambiente (“Environmental History”) que atesora ya, en todo el mundo, un buen número de especialistas y de obras de referencia y trabajos científicos. En este sentido te recomiendo visitar, si la desconoces, la web Environmental History Timeline, promovida por el Profesor norteamericano Bill KOVARIK, en la que se puede encontrar una muy relevante fuente de información –sobre obras y personajes- desde los orígenes del ambientalismo hasta nuestros días.
Volviendo a la obra del Profesor CARADONNA, aun no tratándose propiamente de una obra de la “environmental history”, es inevitable que incida en ésta al tratar de buscar los orígenes de un término como el de la “sostenibilidad” -o “sustentabilidad”- que ya está tan arraigado en nuestra sociedad. Se trata de un claro ejemplo de palabra de moda (“buzzword”) pero, en ningún caso, es un término pasajero (“buzzless”). Buceando en el pasado, el Profesor de Alberta, nos señala que antes de 1970 no existe ninguna libro publicado –y titulado- con tales terminos, pero a partir de 1980 hay un verdadero “boom”. Añado yo que en España es imposible encontrar trabajos encontrar libros que contengan alguno de dichos terminos antes de 1990 (previa somera consulta del ISBN español).
La obra se estructura en siete capítulos que abarcan desde el siglo XVII en la Edad Moderna hasta nuestros días, pasando por la revolución industrial, la segunda postguerra, y los finales del XX. Todo ello, sin dejar de ofrecernos unas muy sugerentes ideas sobre el futuro de la sostenibilidad. La dificultad para analizar históricamente el concepto y evolución de la sostenibilidad parte de su no fácil definición y de la amplitud con contenidos –ambientales, econonómicos y sociales- que ha ido acumulando a lo largo de la historia. Jeremy CARADONNA nos sorprende en su estudio al señalar que, propiamente, el origen del término está en una obra alemana del siglo XVIII, de Hans Carl VON CARLOWITZ´S, dedicada a la gestión forestal (“Nachhaltigkeit”), ante los tempranos problemas existentes de deforestación. Antes del siglo XIX, se citan como fuentes de la idea de sostenibilidad, en la época de la Ilustración, algunos autores de la “revolución científica” por el interés creciente en el estudio de la Naturaleza (NEWTON, BUFFON, LINNAEUS, etc.). Y, como la sostenibilidad tiene una vital implicación con la economía es inevitable citar a los economistas como SMITH, TURGOT, etc.
Con la Primera Revolución industrial (que comienza aproximadamente en 1760) -que traerá un indudable progreso económico en Europa- se da paso a la “edad de la contaminación” (“Age of Pollution”) y con ella a los primeros descontentos con los efectos de la industrialización y los críticos del crecimiento económico indefinido (destaca aquí, sin duda, Thomas MALTHUS). Y, entre los norteamericanos, Henry David THOREAU y John MUIR, son dos figuras señeras, precursoras de movimiento ecologista (confío poder dedicar, más adelante, una atención particular a estos auténticos pioneros). Pero el movimiento ambiental no llegaría, como señala CARANDONNA, hasta mediados del siglo XX –y, con sus promotores, la popularización del concepto de sostenibilidad- con autores tan conocidos (“eco-warriors”) como Paul ERLICH, Rachel CARSON, Garret HARDIN, etc. y los pesimistas estudios sobre los “límites del crecimiento” (Club de Roma). Un movimiento que se concreta en la proliferación de grupos ecologistas, a partir de los años sesenta, y de la muy interesante línea de investigación sobre “ecological economics” y los estudios sobre los costes ambientales del crecimiento (“Eco-Nomics” como cuarto capítulo del libro) con autores como SCHUMACHER, BOULDING, GEORGESCU-ROEGEN, etc.
La sostenibilidad comienza a adquirir “carta de naturaleza” en el mundo internacional desde principios de los años setenta –Conferencia de Estocolmo de 1972– pero su espaldarazo se producirá con motivo de la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 sobre “Medio Ambiente y Desarrollo”. A partir de aquí, la sostenibilidad se introduce, con mayor o menor trascendencia, en las agendas políticas de todo el mundo. Y, su contenido se va perfilando cada vez más en cuanto a su alcance y contenido, así como sobre las metodologías e instrumentos para su medición y control (por ejemplo, la “huella ecológica” o el “diseño ecológico”), hasta sus más recientes desarrollos en torno a la fundamental interrelación de la sostenibilidad con el sistema energético, la promoción de la “green economy” o la “sostenibilidad social” (la “justicia ambiental” y la inescindible lucha por la erradicación de la pobreza). Al final del siglo XX la sostenibilidad se ha convertido en un paradigma multifacético, con inserción en todos los aspectos de la sociedad y, por supuesto, en el mundo academico y en la investigación.
En fin, me parece que estamos ante un muy buen trabajo, en pocas páginas, sobre la evolución del movimiento ambiental y su implicación con el desarrollo del concepto de la sostenibilidad y sus precursores, de gran utilidad para quienes acceder por primera vez a esta temática. Además, al final, el historiador de Alberta se atreve a perfilar, de cara al futuro, diez retos de la sostenibilidad hacia la que, comparto con él, la humanidad debe encaminarse –fuera de “ecotopias”- si no quiere aspirar a su extinción. Estoy de acuerdo con casi todas ellas: asumir los problemas ambientales de forma cooperativa y con el máximo consenso; abandonar la obsesión por el crecimiento económico indiscriminado; proteger y restaurar el capital y los servicios que alberga la naturaleza; tener claro que la sostenibilidad no es sólo un objetivo de los países desarrollados (“eco-elitism”) sino que implica a todos los países y a la justicia social; tener claras las prioridades (como la lucha contra el cambio climático); luchar contra el consumismo y las industrias contaminantes; etc. Entre sus propuestas, me gusta especialmente la idea de la sostenibilidad no debe de convertirse en una arma política o en el campo de la manipulación partidista. Me gusta también cómo se plantea el futuro de la sostenibilidad, con un moderado optimismo aunque los retos sean formidables.
Al final, de lo que se trata y lo que une a todos, a los precursores y a los promotores de la sostenibilidad, no es más que lograr, como concluye Jeremy CARANDONNA, la idea de vivir en pacífica perpetuidad sobre -y con (añado yo)– la Tierra.