Tranquilos que en este mes de vacaciones no he perdido el norte y entre mis intenciones no está la de incitar a la violencia. Pero, recurriendo al tópico (que no comparto) del sufrido estrés post-vacacional y estando como estoy en la rentrée al trabajo, me he decidido a dedicar este post-it a un tema que ya tenía en mente hace tiempo pero que tan solo ahora que estoy de nuevo delante de un pecé me vuelve a la cabeza.
¿Habría alguna forma de poder liberarme de mi ordenador? pero en su sentido más literal. ¿No pensasteis nunca en romperlo cuando él, siempre desagradecido, os falla o se bloquea en el peor momento?
Pues bien, y además de formas particulares como la de romper tu propio pecé (opción que no parece lógica tal como están las cosas de la economía…) también hay otras más orquestadas y preparadas y que desde hace algunos meses ya se pueden disfrutar en Galicia.
Me refiero a la destructoterapia, término acuñado por la firma StopStress, de origen soriano, la cual invita a todos los interesados a romper aquellas cosas que pueden causarles un estado de permanente inquietud o nerviosismo, como pueden ser las televisiones, los siempre traicioneros y caprichosos automóviles, los modernos gagdets, los más «antiguos» y (a mi modo de ver útiles) aparatos domésticos, tales como aspiradoras, o los indispensables pecés. El elenco de objetos a destruir es amplio; tan solo se necesita algo de energía, mucha adrenalina contenida, y un poco de tiempo libre.
La empresa, cuya sede gallega está en Verín, lleva al estresado de turno a un solar de automóviles abandonados, le proporciona un martillo o algún que otro objeto contundente y le ofrecen la posibilidad de que dé rienda suelta a sus instintos. Además (y algo importante) los objetos a destruir ya los ponen ellos.
Por lo visto, la descarga de adrenalina, junto a la de ira y de mala leche, te deja los nervios como la patena.
PD: lo más indicado es que sean grupos de entre 10 y 15 personas los que se decidan a destruir cosas. El precio de la sesión rondará los 150 euros.
PD2: Cuando lo pruebe os informo. Por el momento aún soy capaz de controlarme.
Bueno, Olalla, me estás dando miedo!! Tendremos que venir con casco a trabajar, jajaja. Bienvenida! Nos leemos!!!