Hay un momento mágico en la barra del bar. Cuando la persona que sirve tus tragos (si es camarera mucho mejor) se acerca a tu lado y se sirve una copa. Entonces él o ella (si es ella mucho mejor) te mira a los ojos y a partir de ese momento todo es secreto de confesión. Eso pasaba mucho más antes, cuando los bares no eran garajes pintados de negro.
Hay un momento triste en la barra del bar. Cuando a la hora del cierre, el camarero (ya saben, mejor la camarera) separa las mesas y barre sus entrañas. El último cliente (solía ser yo) es como un refugiado. Ya solo piensa en otro bar donde pedir asilo. Un amargo viaje, como cantaba la inmortal Concha Piquer, de mostrador en mostrador.
Luego están esos otros bares, cuya belleza lánguida y silenciosa retrata magistralmente Santi M. Amil. Son los bares de pueblo. En sus barras te sirven tragos y además te llenan la nevera, la despensa y el botiquín. En las mesas se subasta el tute y se mata el tres. Detrás de la barra hay un bodegón de Morandi pintado con botellas de Mr. Proper. No encontrarás esa intimidad de la que hablaba un poco más arriba. Pero suelen tener nocilla.
¡Ay! esas camareras que te miran a los ojos…
todavía me tiemblan las piernas
Viajo al pasado, ahora estoy en mi aldea y me encuentro con mi tío en uno de estos bares, la hija de los dueños sale a atendernos en zapatillas de andar por casa, cierra la puerta de su intimidad, mi tío le pide un güisqui con pesicola, yo, un huevo kinder mientras grabo en mi retina los ojos azules de esa camarera empleada por sucesión familiar.
Gran foto y gran recuerdo.
Boas Mestre!
El problema de la vida…es que hay que vivirla!
He vivido contigo en el insti…han pasado 20 años..joer..pero pensar es dificil y más en la sociedad actual…tu pintura me transmite sensaciones…en un informático (YO) es una novedad!
Un abrazo
Los mejuto son una religión…o se cree o no se cree!
Oiches vouche lanzar unha pregunta..e ti de quen ves sendo? de donde venimos?
Con Dios!