Hay noches en las que todavía sueño que tengo un examen el día siguiente. Cuando estudiaba, a menudo se trataba de un alocado ejercicio de gimnasia nemotécnica. Llenaba mi cabeza de conocimientos, a presión, como en una manga pastelera. Después del examen, vaciaba mi cabeza y a otra cosa. Luego, por los pasillos del instituto (esa fangosa autopista por donde circulan las hormonas a toda velocidad) buscaba mis resultados en las listas, mientras miraba de reojo a las repetidoras. Cuando mi interés por las repetidoras fue creciendo, mi desinterés por lo que decían esas listas también lo hizo. Abracé el fracaso escolar al mismo tiempo que intentaba, sin éxito, abrazar a aquellas chicas. Entonces empecé a transitar por aquellos pasillos también en Septiembre. Esta foto de Marta G. Brea me hizo evocar esos momentos, de tensión y atolondramiento a partes iguales. Cuando una foto consigue trasladarte a otro lugar y a otro tiempo es que es una buena foto.
¡Ay! esas repetidoras….
con las carpetas llenas de pegatinas, apretadas contra su pecho.
Pero vós qué estudiabades???