Las carreteras son las arterias de la música. Los decibelios viajan en el remolque de un trailer de varios ejes. Ayer un trombo en la femoral de la AP-9 puso en riesgo la gira del verano. El humo negro que mana de la carrocería está hecho de viento y cuerda, de tripa y metal. El crepitar de las llamas es el último vals. Negra partitura de negros compases. A los fans que siguen a la orquesta por todo el país se les quemaron muchos recuerdos en el arcén de la autopista. Álvaro Ballesteros interpretó magistralmente la pieza.
ANIMO
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