La Voz de Galicia
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gustavo

El pasaje del crucero, lleno de acaudalados jubilados cazadores de souvenirs, clama por su postal. Lo que obtiene a cambio es un gran montón de chatarra, gracias a la delirante gestión de dos políticos que alcanzan su auténtica talla en estos días de carnaval. En el barco del amor las parejas volvían reconciliadas después de hacer escala en Acapulco con sus sombreritos mejicanos y sus collares de flores. Aquí, como mucho, con unos cuantos kilos de cobre para pulirlos al llegar a casa. La foto, de Gustavo Rivas, demuestra que un teleobjetivo en las manos de un buen fotógrafo convierte al mismo en un francotirador.