Cuando en la noche de fin de año te sientan al lado de tu cuñado, al que detestas porque es un triunfador hecho a sí mismo y tiene un todoterreno más grande que tu apartamento, después de que termine la confusa liturgia de las uvas y la capa española, te toca darle ese abrazo profiláctico, en el que hay menos contacto que en un penalti dudoso a favor del equipo de casa. Algo parecido les sucede a este díscolo par de financieros. Los fotógrafos asisten al ritual como naturalistas. Dos líderes de la manada que se estudian mutuamente. Es un poco lo que los físicos nucleares llamamos La fusión fría. La foto es de Mercedes Moralejo.
¡Cuánto me alegro de leerte de nuevo!
aquí estamos algunas de tus fans numero Uno!!!! siempre cerca