La crisis se cobra otra imagen. El concello draga la fuente de As Burgas en Ourense. Los lodos se acumulan en un contenedor y la gente se arremolina para rescatar del fango las monedas que, después de un prolongado baño de óxido termal, parecen sestercios. Si además estuvieran dentro de un cofre, el botín podría ser reclamado por un capitán pirata. Pero me temo que poco podría hacer frente a la turba de eventuales zapadores que no prestan atención al fotógrafo, porque en sus pupilas brilla todo el fulgor hipnótico de la fiebre del oro.
Un buen día lanzas una moneda a la fuente y pides un deseo. Si tu deseo se ha cumplido tienes un problema de impago con la Diosa Fortuna. Porque tu moneda acaba en el monedero de un pensionista.
La foto es de Miguel Villar, al que la calle le susurra noticias.
Aaaaa
quello duro antiguo que tanto en Cai dieron que hablaaaaá…