Mi sastre se enfada cuando le digo que me siento como un gentleman grunge. También vale dandi de arrabal. Esto quiere decir que no me siento cómodo comprando mi ropa en unos grandes almacenes. Necesito que sea exclusiva pero, y esto es lo que no le gusta a mi sastre, no sólo me entrego al lujo de la ropa a medida sino que también me compro estrafalarias prendas de segunda mano en algunos antros cutres de Barcelona o Madrid. No creo que Marichalar sea tan aficionado al vintage como yo, pero también es bastante estrafalario. Óscar Paris tuvo que sortear a sus escoltas para hacer esta foto de un Grande de España paseando por la Calle Real de A Coruña. Esa es otra de mis frustraciones: mi trabajada hidalguía no es de cuna.
Esta vez lo veo un poco soso, pero a mi abuelo, ese sastre saxofonista y asmático, de la misma calle real por la que pasea Marichalar en la foto, le hubiese parecido que los pantalones y los zapatos perfectos pero el corte de la chaqueta… ummmm.
Una lástima que no llegarás a tiempo de ser vestido por mi abuelo.