Los estudiantes salen de la trinchera boloñesa para ocupar lo que parece ser el pabellón de rectores ilustres. Las togas y los birretes cimbrean asustados dentro de los retratos. Los rectores dentro de los marcos, tienen más de hidalgos barrocos del siglo de Oro, que de abajo firmantes de un pacto a lo Dorian Gray. Los estudiantes ponen la nota contemporánea e irreverente y el autor de la foto, Álvaro Ballesteros, levanta acta cum laude.
Están mucho mejor así y más dignos que en la orla con el trocito de toga que nos pusieron a todos para la foto :S