El galeón de la economía se hunde y la gente corre a empeñar el oro que ocultan sus bodegas. Por eso Pontevedra amaneció sembrada de octavillas con la leyenda compro oro. Capotillo, nuestro fotógrafo en esa plaza, compró oro fotográfico. El comprador, pegado a su lupa como un cíclope, convierte certeza en incertidumbre. Oro en dinero. La crisis se cobra una nueva foto.
No sé que opinará este señor de que le llames perista. Pero un perista es alguien que comercia con objetos robados a sabiendas de que son robados. En fin, un poco fuerte.
ya lo he cambiado, queda peor pero es más correcto
gracias
Jo, y yo que llamaba peristas a los que vinieron por aquí a tasarme la casa para que me diesen la hipoteca. Esto de ser de barriobajo es lo que tiene, que uno ve peristas detrás de cualquier sicario de banquero.
Las fotos me gustan mucho, y el papel del fondo también.
Todos los compro oro tienen un libro de registro de entradas obligatorio para la policia, vamos que todas las piezas las supervisa la policia.