Suavemente me mata. Marcos Míguez retrata la matanza con delicada crudeza y esta paradoja arroja luz sobre un tema de lo más visitado. Esto demuestra una vez más, no me cansaré de repetirlo, que lo importante no son los temas sino la frescura que pongamos en el empeño. De otro modo habría que colgar las cámaras y dedicarse al videoarte. Y francamente, yo ya estoy demasiado mayor para eso.