La Voz de Galicia
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Estadounidismos

Estados Unidos es el segundo país del mundo con mayor número de hispanohablantes, 55 millones. La convivencia estrecha con el inglés, y más concretamente la presión de este, ha originado dos fenómenos, el espanglish y los estadounidismos. El primero es una modalidad del habla popular en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés. Se limita casi exclusivamente a la comunicación oral. Los estadounidismos, en cambio, son términos procedentes del inglés que pasan a engrosar el vocabulario del español culto que se habla en aquel país.
La Academia Norteamericana de la Lengua Española trabaja en la recopilación de los estadounidismos que se incorporarán a la próxima edición del Diccionario. Y al igual que los términos del español que solo se emplean en Galicia llevan la marca Gal. (alzadero, cachelos, petar…) los anglicismos usados como propios del español de Estados Unidos se identificarán con la … Seguir leyendo

Los sobrecogedores

El verbo sobrecoger tiene dos acepciones. Como transitivo, significa ‘coger de repente y desprevenido’, y como pronominal, ‘sorprenderse, intimidarse’. Relacionado con él aparece sobrecogedor, que como adjetivo significa ‘que sobrecoge’, y como sustantivo, ya anticuado en el uso, da nombre a una persona que coge dinero, concretamente al recaudador, el encargado de la cobranza de caudales, especialmente de los públicos.
Así, por ejemplo, dice el documento de 1291 en el que Sancho IV de Castilla otorga para siempre al monasterio de El Moral: «E mandamos e defendemos que ningun cogedor nuestro, nin sobrecogedor, nin recabdador, nin otro ome ninguno non sea ossado daqui adelante de demandar yantar nin fonsadera en estos logares». Las relaciones de los hombres con el erario tenían algunos rasgos que aún hoy se conservan. Lo muestra un documento de las Cortes de León y Castilla de 1361, que ya tomaba medidas para que las contribuciones a … Seguir leyendo

Los nuevos gachupines

La guerra de la independencia de México comenzó con el acto conocido como Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810). Una de las consignas que allí se pronunciaron fue «Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines». Estos vuelven a ser noticia estos días. Un periódico titula así un reportaje sobre la nueva emigración a México de jóvenes profesionales españoles expulsados de su tierra por la crisis: «México recibe a los nuevos gachupines».
Gachupín, evolución de cachupín, se usaba y aún se usa en algunos países americanos, sobre todo en México, para designar despectivamente a los inmigrantes procedentes España, en contraposición a criollo, el español nacido en América.
Hay quien ve el origen de gachupín en una palabra náhuatl que significa ‘hombre con espuelas’. La Academia cree que cachupín es el diminutivo de cachopo, que en portugués significa ‘niño’. Otros estudiosos opinan que es la lexicalización de Cachopín,Seguir leyendo

Pa’lante, comandante

Uno de los lemas empleados en Venezuela por los seguidores de Hugo Chávez es «Pa’lante, comandante», que en las pancartas suele estar escrito sin coma y con ce mayúscula. Aparece aquí un signo ortográfico, el apóstrofo, que tiene forma de coma elevada (’). Hay quien lo confunde con la tilde (´), pero su forma es distinta. En los teclados comparte asiento con el signo de cierre de interrogación. En español tiene la función de indicar la omisión de un sonido en la pronunciación conjunta de dos palabras sucesivas. Estas supresiones son actualmente propias del habla popular (T’has pasao un pelín).
También empleamos el apóstrofo en apellidos y topónimos extranjeros o procedentes de otros idiomas (D’Ors, O’Donnell, L’Aquila). Los demás usos que se le dan en español a este signo son rechazables. Incluido, en contra de lo que dice el Diccionario de la Academia, el de indicar la elisión de cifras. … Seguir leyendo

A vueltas con los números

Es evidente la dificultad de leer correctamente y sin vacilaciones un número de varias cifras sin separación alguna entre ellas (3429565). Por ello, los que dictan normas al respecto —organismos internacionales, la Academia Española y el Gobierno— admiten que para facilitar la lectura se formen grupos de tres dígitos, empezando por la derecha, separados por espacios en blanco, no por puntos ni por comas (3 429 565).
Esta norma es aplicable solo a los números que expresan cantidad (32 500 kilómetros, 10 800 kilos). Pero los que indican situación en una serie deben escribirse siempre sin espacio ni punto de separación entre los dígitos (El último gordo de Navidad recayó en el 76058).
Los años son casos claros de números que deben escribirse sin punto. Los que señalamos con más frecuencia en nuestro escritos (2012, 2013…) no tienen, además, el mínimo de cinco cifras que la Ortografía requiere para formar … Seguir leyendo

Líos de números

En España hemos empleado tradicionalmente como separador decimal (el signo que se coloca en los números entre los enteros y los decimales) la coma (6,5, 0,34). En los números de más de tres cifras veníamos separando con puntos los grupos de tres dígitos empezando por la derecha (10.524, 2.732.428). Varios países de habla española, como México, Venezuela o Panamá, emplean como separador decimal el punto, y separan los grupos de tres cifras de los números mediante comas, siguiendo en ambos casos el modelo anglosajón (321,528.32). La convivencia de ambos sistemas puede generar confusiones. Así, por ejemplo, ante el número 3,127 un argentino o un español leerán tres con ciento veintisiete milésimas, y un hondureño, tres mil ciento veintisiete.
Estos arraigados usos chocan con las recomendaciones y las normas que han ido dictándose en los últimos años, cuyo fin es la unificación de grafías. La ISO y la Oficina Internacional … Seguir leyendo