La Voz de Galicia
Seleccionar página

Líos de números

En España hemos empleado tradicionalmente como separador decimal (el signo que se coloca en los números entre los enteros y los decimales) la coma (6,5, 0,34). En los números de más de tres cifras veníamos separando con puntos los grupos de tres dígitos empezando por la derecha (10.524, 2.732.428). Varios países de habla española, como México, Venezuela o Panamá, emplean como separador decimal el punto, y separan los grupos de tres cifras de los números mediante comas, siguiendo en ambos casos el modelo anglosajón (321,528.32). La convivencia de ambos sistemas puede generar confusiones. Así, por ejemplo, ante el número 3,127 un argentino o un español leerán tres con ciento veintisiete milésimas, y un hondureño, tres mil ciento veintisiete.
Estos arraigados usos chocan con las recomendaciones y las normas que han ido dictándose en los últimos años, cuyo fin es la unificación de grafías. La ISO y la Oficina Internacional … Seguir leyendo

El auge de los preparacionistas

Las noticias sobre la madre del joven que asesinó a veinte niños y a varios adultos en Newtown han descubierto a muchos españoles la existencia de un insólito fenómeno social en Estados Unidos. Se trata de quienes se preparan para el fin del mundo o para una gran catástrofe, que puede ir desde un colapso económico hasta un desastre natural, como un huracán, pasando por una guerra nuclear, una pandemia, etcétera.
Ante el negro futuro que ven, construyen búnkeres y acumulan alimentos, medicinas, agua, armas… Las armas aparecen casi siempre, quizá por la visión simplista de un mundo en el que el bien (nosotros) está amenazado por el mal (ellos). Lo que no se sabe es de qué les servirán las armas si se termina el mundo, una epidemia diezma el país o lo arrasa una tempestad.
En inglés, este exótico movimiento se llama survivalism. Sus integrantes son los survivalistsSeguir leyendo

Ful de Estambul

La policía difundió recientemente una nota que comenzaba así: «Agentes de la Policía Nacional han detenido a un policía ful que estafó a varias personas». El adjetivo ful volvía a las secciones de sucesos de los periódicos, en las que últimamente escasea.
Este adjetivo, que es invariable, significa ‘falso, fingido, no auténtico’. El policía ful es prototípico, pero hay variedad donde elegir. Pedro Salinas, por ejemplo, tacha a Alberti en una carta de 1931 de «revolucionario ful».
El Diccionario académico da a ful la condición de voz de germanía, pero más parece un término de uso coloquial entre la generalidad de los hablantes. Además de la acepción ya mencionada, se emplea con el sentido de ‘de mala calidad o baja categoría’ (Tiene un empleo ful).
De ful, que parece proceder del caló ful, ‘estiércol, porquería’, se deriva fulero, ‘falso, embustero, charlatán’ (Richard Nixon ha muerto en la cama, ensalzado, añorado Seguir leyendo

Ladran, luego…

Cada dos por tres aparece la frase «Ladran, luego cabalgamos», bien aplicada en el discurso por su sentido, bien para discutir su origen. Pongamos por delante que es quizá la más famosa cita apócrifa del Quijote. Cervantes nunca puso este entimema en boca de Alonso Quijano, ni como queda mencionado ni en su variante «Ladran, Sancho, luego cabalgamos».
La frase se emplea generalmente con el sentido de que si algo que hacemos suscita protestas o críticas entre quienes no son de nuestro aprecio es señal de que surte efecto.
Puesto a buscar el origen del dicho, algún entusiasta llega hasta el Cantar de Mio Cid, y no son pocos quienes lo atribuyen a Manuel Azaña. El que fue jefe del Gobierno de la República le dio un buen impulso cuando lo empleó en un discurso durante una sesión parlamentaria, el 9 de marzo de 1932. Según el relato del periódico … Seguir leyendo

El bidé, ese invento

Uno de los personajes más populares de nuestra televisión descubrió recientemente a su audiencia la existencia del bidel. Concretamente, dijo que en su casa tiene tres bideles. El contexto nos lleva a pensar que hacía referencia al bidé.
El español bidé es una adaptación del francés bidet, nombre que el popular recipiente toma del de un caballo fuerte y de poca alzada, el bidet, y no de un supuesto marqués de Bidet, como sostenía La Trinca en una canción. En el bidé hay que sentarse a horcajadas, como en el bidet, de ahí que le tomase prestado el nombre. Fue en Francia donde se inventó el vaso higiénico, a principios del siglo XVIII. Todavía se conserva el de madame de Pompadour, favorita de Luis XV, de madera tallada.
Las primeras menciones en español son de un siglo largo después. Leandro Fernández de Moratín lo escribe sin adaptación y forma el … Seguir leyendo